Uno de los tres decodificadores que se instalan en el hogar para usar tanto internet como el servicio de 150 canales en HD que ofrece Google

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Kansas City: la ciudad donde internet vuela

Es el laboratorio de Google Fiber, un servicio de conexión que es 160 veces más rápido que el promedio de Uruguay
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04 de julio de 2015 a las 05:00

Nadie en Kansas City puede afirmar si la llegada de Google fue causa o consecuencia. En 2012 el gigante de las búsquedas eligió a esta ciudad partida entre dos estados –Misuri y Kansas– entre otras 1.100 para ser recibidora de la primera red de conexión a internet superveloz de Estados Unidos: 1 Gbps. Es decir, un gigabit por segundo o 1024 megabits por segundo. Para traducirlo al idioma de los comunes mortales, esta es una conexión casi nueve veces más veloz que la mejor de las que se ofrecen en Uruguay a hogares vía fibra óptica (ver recuadro De subida y de bajada).

Cuando la empresa anunció que sería allí donde realizaría su primera experiencia piloto con Google Fiber, la ciudad ya había desarrollado un ecosistema emprendedor y tecnológico pujante y comenzaba a ser reconocida por su espíritu creativo. Desde fines de 1970 había sido elegida por grandes compañías para integrar parte de sus cuarteles generales, entre ellas Garmin y Microsoft.

Google desembarcó con lo que entonces calificó como "experimento" pero que ahora, tres años y miles de abonados después, se transformó en un negocio que supera los objetivos de conexión rápida y se convirtió en un impulso a la banda ancha que, si no resultó letal, al menos atemoriza seriamente a la competencia.

Antes de Google Fiber, ninguno de los grandes proveedores de cable o telefonía que operan en EEUU (AT&T, Comcast o Time Warner, entre otros), ofrecían un "caño" tan amplio que permitiera ingresar tanta cantidad de datos a un hogar.

"¿Tenés Google Fiber?"

Google no proporciona cifras sobre la cantidad de abonados que ya disfrutan del superinternet, según dijo Rachel Merlo, gerente de Comunidad de Fiber en Kansas City, pero las encuestas locales demuestran que el grado de penetración es importante y sigue en crecimiento. Antes de la llegada del servicio a la ciudad, la empresa realizó una encuesta según la cual el 25% de los habitantes de la zona no tenía acceso a banda ancha y el 17% no disponía de conexión a internet en su casa. Lo que sí se sabe es que Google invirtió unos US$ 500 millones para levantar la infraestructura de casi 10 mil kilómetros de cables.

El plan –alabado por muchos, criticado por algunos– ya dejó de ser un experimento y se convirtió en una línea de negocios que la empresa comenzó a desarrollar en otras ciudades. La pregunta más frecuente que le hace una persona que no vive en Kansas City a otra de la zona es: "¿Tenés Google Fiber y qué tal es?" Muchos dicen que sí, sonríen con suficiencia y levantan los ojos.

La realidad es que no es sencillo explicar cómo es la experiencia de navegar por la web a una velocidad más de ocho veces mejor que la que logra un uruguayo con la mejor conexión que se puede contratar para una casa (120 Mbps) o 160 veces más rápida que la que tiene el promedio de los uruguayos (6,4 Mbps según el último reporte de Akamai).

La conexión que da Fiber es 88 veces más rápida que la velocidad promedio en EEUU.

Velocidad sin cortes

Las pruebas más sencillas que demuestran el poderío de esta conexión incluyen mirar un video en Youtube en 4k (imagen prístina sin asomo de interrupciones) o utilizar Google Maps para ir en milésimas de segundos desde la vista de continente a la profundidad del cañón de Colorado con detalles, sin ningún corte ni pixelado. También es posible moverse desde EEUU a Uruguay y terminar aterrizando sobre el estadio Centenario, en segundos.

En Kansas City aún hay muchos de los que todavía esperan por Google Fiber. "Me lo están prometiendo desde hace un año", dijo con cara de pocos amigos el chofer de un ómnibus. "Estoy en la lista desde 2012", confirmó el empleado de una farmacia, quien agregó que solo por contar con este servicio una casa aumenta hasta en US$ 5.000 su valor en el mercado inmobiliario.

Google acepta que las demoras son una realidad. Merlo explicó que, en parte, son consecuencia de que Kansas City comparte el "honor y la desgracia" de haber sido el punto de partida de Google Fiber. "La conectividad es vital para el avance de la web y por eso teníamos que hacer algo", explicó.
El acuerdo con la ciudad implicó el compromiso de que los trámites que se requirieran –entre burocráticos y permisos de construcción– fueran por vía rápida. A cambio la empresa daría su conexión sin costo para más de 1.400 instituciones públicas.

"La competencia no había innovado (...) Con la llegada de Google Fiber vemos que otros proveedores están ofreciendo la conexión de 1 Gbps y eso fue parte del objetivo desde el inicio", expresó Merlo.

En el país donde "nació internet", la última década se había convertido en una frustración en materia de velocidad de conexión. El Estado, acostumbrado en EEUU a dejar hacer al sector privado, intentó impulsar la banda ancha a través de un plan nacional que se lanzó poco antes de que Fiber se hiciera realidad. No lo logró y los monopolios o duopolios de facto continuaron en muchas regiones en manos de grandes compañías de comunicación que no tenían intención alguna de invertir los miles de millones necesarios para "ensanchar el tubo" de internet.

Así lo reconoció Blair Levin, director ejecutivo de este plan de banda ancha. "Fuimos afortunados de que una compañía con una visión real de largo plazo llegara al mercado", declaró al MIT Technology Review en referencia a Google. Tal como afirma el autor de ese artículo, Google encarna la bendición y la maldición de la banda ancha en EEUU. La internet veloz comenzó a prosperar gracias a esta empresa, algo que ni el gobierno había logrado, pero ahora depende en gran medida de una sola empresa.

Google Fiber Kansas City
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Instalados en el living

Mientras que Fiber era un "experimento" acotado a Kansas City, los grandes competidores no se preocuparon. Cuando Google desembarcó con sus "rallies" prometía una internet superveloz, pero a cambio pedía que se formaran fiberhoods (algo así como barrios de fibra óptica), para contar con una población base que asegurara la inversión en infraestructura. No obstante, no todos los barrios fueron visitados, en especial los de ingresos más disminuidos. Si bien se criticó a la empresa por esto y esta habla de "reducir la brecha digital" –y en los hechos, Google Fiber lo ha hecho–, Google no está obligado a brindar un servicio igualitario.

Fiber ya comenzó a operar en Austin (Texas) y Provo, (Utah); Google anunció, además, que empezará a desplegar su "gran tubo al living" en Atlanta, Salt Lake City, Nashville, Charlotte y Raleigh-Durham, además de otras cinco áreas metropolitanas aún no definidas. Al mismo tiempo, AT&T anunció que comenzará a ofrecer conexiones de 1 Gbps –algo que ya está haciendo en Kansas City– a precios antes impensables, en una centena de ciudades.

La veta de oro

El experimento convertido en negocio da sus frutos también para Google. Una vez que se instala cómodamente en el sillón de los usuarios, comienza su verdadero negocio y este va mucho más allá de los dólares que se cobran por la conexión: las ganancias gordas llegan por la publicidad.

Como en la web o Gmail, Fiber también personaliza la publicidad hasta el punto que puede mostrar un determinado aviso a quien mira deportes, cocina o telenovelas y según la TV en que mire esta combinación de programas. Para los anunciantes esto es una veta de oro invalorable. Lo que vende Google es, en definitiva, el acceso directo a un ser humano y no a un número indefinido.

Entre fibra óptica, conexión superveloz, un ecosistema emprendedor potente y un proyecto de ciudad inteligente apoyado por otro gigante de la tecnología, Cisco, Kansas muestra su mejor sonrisa al visitante. Este llega desprevenido a una ciudad cuyo origen se remonta a una encrucijada de líneas de tren que conectaban este y oeste del país. Una urbe cuyo centro parece salido de un póster de The Walking Dead, inmaculado y reconstruido pero vaciado de gente. Ahora el objetivo es repoblarlo.

Una ciudad que se animó a ser el conejillo de Indias de un gigante con tentáculos muy largos y que, por ahora, disfruta de las ventajas de formar parte del imperio.

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De subida y de bajada

La velocidad de una conexión de internet se mide por los datos que se logran "bajar" o "subir". Se "baja" lo que se consume: desde un sitio web hasta una película en Netflix. En tanto, todo aquello que se "carga" a la web, como un video o fotografía o un posteo de Facebook, son datos que "suben".

En Uruguay, ANTEL ofrece, por ejemplo, paquetes de Vera Hogar desde 20 Mpbs de bajada y 2 de subida, hasta 120/12 Mbps (los precios van de US$ 25,50 a US$ 59 mensuales). Google Fiber, en cambio, ofrece una conexión simétrica de subida y bajada: 1 Gbps para "arriba" y para "abajo". Sus planes cuestan US$ 70 o US$ 130; en el último caso se incluye la conexión veloz –por cable y wifi– más un sistema de TV en alta definición vía internet de más de 150 canales y un espacio de almacenamiento de 1 tera. Una tercera opción, que se publicita como gratuita, permite conectarse a 5 Mbps de subida y 1 de bajada durante siete años, previo pago de US$ 300 en cuotas.

Para comparar basta recordar que el promedio de velocidad en Uruguay es de 6,4 Mbps y en EEUU apenas supera los 11 Mbps.

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Ciudad inteligente

Kansas City no solo se animó a ser el laboratorio gigante de Google, sino también a ser el "laboratorio viviente" de Cisco. El primer paso hacia una "ciudad inteligente" es la construcción –ya en obra– de un tranvía en el centro. Sobre la ruta trazada se montará un sistema de sensores que permitirá "aprender" de los usuarios para tomar decisiones. De esta manera la ciudad podrá saber en qué zonas hay más personas en la calle, para mantener un alumbrado más intenso. Al mismo tiempo, habrá sensores ubicados en los contenedores de basura y en las calles para determinar con qué frecuencia debe pasar el camión recolector o cuánto se debe demorar un semáforo para evitar complicaciones en el tránsito. En esta zona céntrica de Kansas City, los conductores también podrán estar conectados vía apps para saber cuáles son los estacionamientos con lugares libres.

Todo funcionará de manera conectada e inalámbrica, tarea de la que se encargará otro pope de la tecnología, Sprint. "Queremos que los emprendedores del mundo vengan a jugar al arenero de Kansas City", explicó Chris Fernández, director de Comunicaciones del municipio local. La ciudad invertirá casi US$ 4 millones en este proyecto, mientras que el dinero restante para llegar a los US$ 13 millones necesarios serán proporcionados por Cisco.

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