La interna del peronismo está viva. A veces sale a la luz, a veces es una guerra sorda, pero siempre está. El terreno de batalla es la provincia de Buenos Aires, el único bastión electoral que le queda al Kirchnerismo. Los protagonistas son conocidos: Axel Kicillof, el hijo político de CFK, y Máximo Kirchner, el heredero biológico de la expresidenta. Dentro de ese contexto, Cristina Fernández de Kirchner reaparecerá el próximo sábado y dará un discurso que tendrá que ser leído en clave interna. La batalla por la conducción de lo que viene ya está en marcha.
El homenaje a Néstor Kirchner es la excusa. El aniversario de las elecciones de 2003 en las que el Frente para la Victoria cosechó el 22% e ingresó a un ballotage que nunca ocurrió con Carlos Menem es la efeméride que disparará el próximo sábado una gran cantidad de actos a lo largo de todo el país. Sin embargo, CFK se inclinó por aceptar la invitación a Quilmes, tierra de la camporista Mayra Mendoza alineada con Máximo Kirchner.
La expectativa sobre lo que puede llegar varía de acuerdo al sector del peronismo que se consulte. Sin embargo, la sensación más extendida tiene que ver con exponer una visión hacia afuera de lo que son las políticas públicas que lleva adelante el gobierno nacional. En términos de la militancia. “CFK le va dar línea a los pibes para que tengan argumentos en el debate del día a día”, aventuran algunos de los diputados que no tienen diálogo fluido con la expresidenta.
Más allá de las especulaciones, los hechos hablan por si solos. CFK eligió Quilmes para su reaparición. El detalle de que sea Mayra Mendoza quien gobierna ese municipio no es menor. La intendenta no es neutral en la interna bonaerense, se alinea tras Máximo Kirchner y no duda en mostrar sus diferencias con el gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
La confirmación de la presencia de CFK en Quilmes modificó el panorama de actividades del peronismo bonaerense. A tal punto que Jorge Ferraresi, uno de los dirigentes más críticos con La Cámpora y con Máximo Kirchner, debió adelantar dos horas la actividad prevista en su municipio para inaugurar un Centro Cultural junto a Axel Kicillof.
Como lo cortés no quita lo valiente, desde el municipio de Quilmes se extendieron las invitaciones de rigor, incluso al gobernador bonaerense que ese día tendrá una agenda muy ocupada pero será parte del acto. No sólo está prevista su presencia en Avellaneda junto a Ferraresi, sino que también lo espera Mario Secco para participar de un acto multisectorial en el Puerto La Plata por el dragado del Canal Magdalena que se llevará a cabo a las 11.
Desde el peronismo porteño miran sin entender. Algo parecido sucede con algunos gobernadores del peronismo que no dan crédito a la posibilidad de que CFK tenga en el acto del sábado declaraciones que se puedan leer con un respaldo público a Máximo Kirchner en el marco de la interna del PJ bonaerense.
Si bien, como es costumbre, no hay trascendidos desde el entorno de CFK que puedan ayudar a dibujar los trazos huesos de su discurso, las especulaciones están a la orden del día.
Más allá de la expectativa que genera en los sectores que orbitan cerca del kirchnerismo, dentro del universo peronista no son pocos los actores que cuestionan el momento elegido por CFK para su reaparición.
La movilización masiva en contra del ajuste en la educación pública universitaria también abre la puerta de las especulaciones y cualquier movimiento dentro de la oposición se lee, por estas horas como un intento de capitalizar el creciente malestar con el Gobierno.
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