Por qué no hay un enchufe universal

Existen 14 tipos de enchufes en el mundo, según la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC, en sus siglas en inglés) o 15 según la Oficina de Comercio Internacional del Departamento de Comercio de Estados Unidos (ITA). También hay distintas frecuencias y voltajes. Seguro que ya se dio cuenta de que esto es un problema cuando quiso conectar la planchita de pelo en un hotel en el extranjero y no tenía el adaptador necesario.

Los enchufes más usuales en Uruguay son los de "tipo F" (de dos clavijas redondas paralelas), "tipo I" (dos clavijas planas en forma de V y toma de tierra sobre ellas) y "tipo L" (dos clavijas redondas con una toma de tierra en el medio). Pero de poco sirve esto en los países vecinos: en Argentina el estándar es solo el I y en Brasil es el N (dos clavijas redondas separadas con una toma de tierra en el centro ligeramente por encima).

¿Por qué este matete? Una de las primeras nociones oficiales que se tienen sobre el enchufe es la creada por el estadounidense Harvey Hubbell. Se llamaba Separable Attachment Plug (Enchufe de accesorio separable) y se patentó en 1904.

La diversidad de enchufes se debe a que cuando fueron definidos la gente viajaba mucho menos que en la actualidad, al tiempo que había menos aparatos eléctricos. No hubo intentos de universalización hasta fines de la segunda guerra mundial, cuando los países tenían la mayor parte de su infraestructura creada. Y, en esos tiempos, "algunos países pusieron mucho énfasis en proteger sus mercados", explicó a BBC Gabriela Ehrlich, portavoz de la IEC. El primer gran enchufe estándar, creado a finales de la década de 1960, apenas fue adoptado por dos países: Brasil y Sudáfrica. La IEC no puede forzar a ninguna nación a adoptar un estándar global, así que aunque se elaboren directrices comunes, pueden seguirse o no.

Desde los organismos se ha manifestado que han existido esfuerzos para crear un enchufe universal, pero es poco probable que ocurra en un futuro cercano.

Mientras tanto, ya se ven en internet tomas de enchufe que incluyen un puerto USB, lo que podría ser una solución. "Pero, de momento, solo es una posibilidad. Hay que solventar dificultades técnicas como, por ejemplo, aunar la potencia que un USB es capaz de suministrar con la tensión de los enchufes", dijo al sitio Verne Pablo Mayor de Bergia, vocero de la Asociación Española de Normalización y Certificación.

Otra posible solución sería la carga inalámbrica; es decir, contar con un dispositivo instalado en la pared que permita la carga de todos los aparatos electrónicos, pero la poca experiencia con smartphones en esta área da la pauta de que habrá que esperar.