Es capaz de asustar y, a la vez, generar una atmósfera extrañamente familiar, querible y hasta divertida. Se trata de Neil Gaiman, el reconocido autor de varios
bestsellers, entre ellos, la multipremiada novela
Coraline (2002),
adaptada en 2009 al cine. El escritor británico ya no solo quiere que su nombre aparezca en libros, cómics y guiones, sino también en videojuegos.
En estos días, Gaiman anunció para fines de este año
el lanzamiento de Wayward Manor, un videojuego basado en todas las “locas, mordaces, juguetonas, divertidas y raras” películas que le gustaban de chico. La historia se ubica en la década de 1920, en una casona rual de estilo gótico victoriano, donde un fantasma lleva una tranquila vida después de la muerte hasta que se muda una familia de mortales. El usuario es ese espectro que deberá inventar horripilantes formas de espantar a los humanos. En otras palabras, algo así como una película de Tim Burton en versión juego para PC, Mac y tabletas.
Como parte del lanzamiento, Gaiman lanzó su propia versión de
crowdfunding, donde los gamers pueden realizar la precompra del juego y ganarse con ello el
merchandising de
Wayward Manor. En una semana consiguió 1.500 inversores. Las opciones van desde aportar US$ 10 por el juego y un agradecimiento en la web
whohauntsneil.com hasta US$ 10 mil por una terrorífica cena con Gaiman en Los Ángeles.