Cuando hablamos del bienestar de nuestras mascotas, es fundamental estar preparados para cualquier eventualidad, incluyendo las picaduras de alacrán (escorpión), un peligro no tan conocido, pero igualmente serio. Los gatos y perros, por su curiosidad innata, pueden resultar víctimas de estos arácnidos, poniendo en riesgo su salud e incluso su vida.
Aunque pueda parecer complicado identificar los síntomas o saber cómo actuar frente a una situación así, existen señales claras de alerta y pasos específicos que podemos seguir para asegurar su pronta recuperación. Develaremos las claves esenciales para actuar de manera eficaz ante una picadura de alacrán en tu mascota, sin importar si es gato o perro.
Ya sea que residas en áreas donde los escorpiones sean un animal del día a día y verlos no sería extraño, o te encuentres de vacaciones con tu mascota en un sitio así (como Andalucía o las Islas Baleares) es importante que sepas cómo reaccionar y qué síntomas verás en tu perro o gato si es que es picado por uno de estos del desierto.
Aunque pueda parecer un evento de baja probabilidad, en ciertas zonas de España donde estos arácnidos son más comunes, el riesgo es real y presente. La detección temprana de una picadura es lo más importante para garantizar el bienestar y la pronta recuperación de nuestro gato o perro.
A continuación, describiremos algunos de los síntomas de alarma que pueden indicarnos si nuestra mascota ha sido víctima de este peligro:
Llanto: una de las primeras señales que pueden alertarnos es el llanto o quejido de la mascota. Tanto perros como gatos expresan su dolor de esta manera, lo que nos indica que algo no está bien.
Agitación: si observamos que nuestro gato o perro se muestra más inquieto de lo normal, podría ser un indicio de que algo le molesta o duele intensamente.
Hinchazón: aunque el pelaje de nuestras mascotas puede dificultar la detección de heridas o picaduras, es posible que el alacrán haya picado en áreas más visibles como las patas o el rostro, donde la hinchazón sería más evidente.
Babeo: una reacción alérgica a la picadura del alacrán puede provocar un exceso de saliva. Este síntoma, acompañado de los anteriores, aumenta la probabilidad de que la mascota haya sido picada.
Cojear: aunque el cojear puede deberse a diversos motivos, en el contexto de una posible picadura de alacrán, cualquier signo de molestia o dolor, como cojear, debe tomarse en serio.
Frente a la amenaza que representa la picadura de un alacrán para nuestras mascotas, la doctora Mercedes Pacher, una reconocida veterinaria, subraya la importancia de la acción rápida y eficaz en conversación con ABC.
Prioridad a la atención veterinaria: la acción más crítica es trasladar a la mascota al veterinario más cercano de manera inmediata. La rapidez en la atención es fundamental para neutralizar los efectos del veneno.
Importancia de la especie del alacrán: si es posible, y se ha presenciado la picadura, llevar al alacrán a la consulta veterinaria puede ser de gran ayuda para identificar la especie y determinar el tratamiento adecuado.
La doctora Pacher comentó que es importante prestar atención constante a nuestras mascotas, especialmente si demuestran dolor o inquietud: “Siempre hay que ver qué le pasa, si llora el animal ya debemos investigar, sobre todo si vemos que están jugando con algo, porque los gatos y los perros son bastante curiosos”.
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