¿Qué hacer cuando los ladridos de tu perro se vuelven un problema para los vecinos? ¿Cómo manejar esta situación cuando no estás en casa para controlar su comportamiento? En muchas comunidades, los ladridos constantes de tu mascota pueden generar tensiones y malestar entre residentes, llegando a romper relaciones de muchos años. ¡Si esto te está ocurriendo actualmente encontrarás la respuesta a esta problemática animal a continuación!
En este artículo, exploraremos métodos innovadores y consejos prácticos para reducir significativamente los ladridos de nuestros amigos de cuatro patas, mejorando así la convivencia vecinal y el bienestar de nuestros perros.
La ansiedad por separación (APS) es un trastorno común en los perros que provoca una serie de comportamientos disruptivos, especialmente cuando se encuentran solos en casa. Ingrid Ramón, una adiestradora canina de renombre en España con más de dos décadas de experiencia, destaca al medio La Vanguardia que los ladridos, aullidos, llantos, intentos de fuga y autolesiones son solo algunos de los síntomas evidentes de este problema.
Este trastorno puede originarse por múltiples razones, incluido el hiperapego, experiencias traumáticas, estrés prenatal o abandono temprano. Ramón advierte sobre los errores comunes que los dueños de mascotas cometen al intentar manejar la APS, como aumentar las horas de compañía inmediata, cambiar el entorno del perro o castigarle por comportamientos resultantes de la ansiedad.
Estas acciones, lejos de solucionar el problema, pueden incrementar el estrés del animal y dañar la relación de confianza entre el perro y su dueño. En particular, ignorar al perro durante las despedidas y bienvenidas o confinarlo en un espacio aislado todo el día puede agravar los síntomas de la APS.
Una solución tentativa que algunos pueden considerar es introducir un segundo perro en el hogar. Sin embargo, Ramón enfatiza que esta no es una solución universal. Si el problema radica en un vínculo excesivo con el dueño, añadir más perros no resolverá el problema de fondo y podría incluso propagarlo al nuevo compañero canino.
Acostumbrar a un perro a pasar tiempo solo en casa es esencial para su bienestar y adaptación. Aquí tienes cuatro puntos clave para facilitar este proceso:
Incremento gradual: empieza dejando a tu cachorro solo por breves períodos, aumentando el tiempo progresivamente para que se acostumbre sin ansiedad.
Cuidado de necesidades básicas: asegúrate de que haya hecho sus necesidades antes de salir y planifica tus ausencias según su rutina higiénica.
Actividad previa: un cachorro cansado y estimulado es menos propenso a la ansiedad. Juegos y paseos son excelentes para esto.
Entretenimiento seguro: deja objetos seguros que lo mantengan ocupado, como mantas olfativas o mordedores, para reducir el estrés por la soledad.
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