La Justicia de Soriano condenó a un joven de 25 años por organizar una fiesta clandestina y cambiarla de lugar una vez que la policía lo notificó que debía cancelarla, informó el medio local Agesor y confirmó El Observador.
En la noche de este viernes, la policía fue alertada a través de un llamado al 911 de que en una vivienda había "música a un volumen elevado y luces de colores", según se detalla en el parte policial. Efectivos concurrieron al lugar y hablaron con el organizador, quien les dijo que estaban festejando el cumpleaños de su hermano con alrededor de 60 personas.
Los funcionarios le pidieron que cancelara la fiesta que está prohibida a raíz de la emergencia sanitaria, pero el joven ignoró el aviso de la policía y dijo que ya había hecho otra fiesta la semana anterior y "no había pasado nada".
La denuncia fue trasladada a la fiscalía departamental, cuya titular, Virginia Sigona, dispuso que el hombre firmara la notificación de prohibición para realizar ese tipo de eventos y se presentara ante el Ministerio Público este lunes.
Horas después, la policía comprobó que la fiesta no se había cancelado sino que se trasladó a la costanera de la ciudad, y el organizador era el mismo joven que ya había sido advertido. Por esta razón, los efectivos lo detuvieron y lo trasladaron a fiscalía.
En la audiencia de formalización este sábado, a través de un juicio abreviado Signoa solicitó la condena del joven por un delito de desacato agravado a la pena de cuatro meses de prisión que cumplirá bajo la modalidad de régimen de libertad a prueba.
Este fin de semana se organizaron otras fiestas multitudinarias que terminaron con detenidos. El Ministerio del Interior desplegó un operativo en el Rosedal del Prado en la madrugada del sábado con el objetivo de frustrar una fiesta clandestina que había congregado a 800 personas y que fue convocada mediante redes sociales.
Según informó la cartera de seguridad, cuando la policía llego al lugar encontró que los jóvenes estaban "realizando desórdenes, peleas y pedreas". El procedimiento logró que la gente se dispersara, y culminó con seis menores detenidos luego de un enfrentamiento con los funcionarios policiales, aunque cinco de ellos fueron liberados horas después.
Además, el domingo la policía de Canelones dispersó una fiesta clandestina de 250 personas que se realizó este sábado en una casa de Las Piedras.
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