La planta de Cerro Dominador tiene una capacidad instalada de 110 megavatios y gracias a la sal solar logra almacenar durante 17 horas la energía producida.

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El sol, el viento y las sales del desierto de Atacama impulsan la transición energética en Chile

Junto a la producción termosolar de Cerro Dominador, avanza el Proyecto Alba, el primero que procura convertir un central a carbón en un sistema para almacenar energías renovables
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22 de diciembre de 2023 a las 05:01

En el desierto de Atacama, la región más árida del mundo localizada en el norte de Chile, opera la única torre termosolar de América Latina, símbolo de una revolución energética en ciernes contra el cambio climático.

La imponente construcción de 240 metros de alto es uno de los pilares del ambicioso programa chileno de energía verde, que empezó en 2019 y pretende sustituir por completo los combustibles fósiles hacia el año 2040.

Junto a la producción termosolar de Cerro Dominador, que los chilenos comparan con la torre de Sauron de "El señor de los anillos", avanza el Proyecto Alba, pionero en el mundo en la conversión de una termoeléctrica a carbón en un gran sistema de almacenamiento en base a energías renovables.

Ambas instalaciones, la primera en funcionamiento desde 2021 y la segunda en su primera fase de ejecución, están en Antofagasta, a unos 1.300 kilómetros al norte de Santiago, la capital del país.

"Hace una década nadie hubiese imaginado que más de un tercio de la energía de Chile iba a proceder del sol y el viento antes de 2030. Era visto como algo ambicioso, pero la meta es hoy percibida como algo posible", dice el exministro de Medio Ambiente de Chile Marcelo Mena.

Hoy el 35,4% de la energía generada en Chile es eólica y solar, el 37,2% proviene de fuentes hídricas y el 26,9% restante es generada a partir de petróleo, carbón y gas, según la información del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

"Muy pocos países en el mundo han podido de verdad consolidar una industria de la energía renovable como Chile", destaca Marta Alonso, directora para Sudamérica de Global Energy Services, proveedor mundial de servicios para la industria eólica y solar.

La experta en energías renovables, sin embargo, señala que tras el fuerte impulso inicial, el proceso perdió ritmo por la falta de una legislación específica que acompañe el cambio de la matriz energética.

Alternativa de almacenamiento

Quizá uno de los mayores escollos en la descarbonización es el almacenamiento. Todo tipo de energía si se produce y no se utiliza, se pierde. "Es un dilema, porque el almacenamiento no es una tecnología madura todavía", explica Alonso. Chile, por lo pronto, ha comenzado a explorar una alternativa que ya se abrió paso en otros lugares.

Tanto Cerro Dominador como el Proyecto Alba se alimentan de las llamadas sales solares, también extraídas del desierto de Atacama, compuestas de nitrato de potasio y nitrato de sodio, que fundidas y mantenidas en estado líquido permiten almacenar energía.

"El caso del Proyecto Alba es único en el mundo. No hay otro que cuente con baterías que almacenan mediante un proceso químico del tamaño como las instaladas, algo que hasta ahora sólo existía en algunos laboratorios universitarios”, explica Diego Pardow, ministro chileno de Energía.

"Nuestra proyección es que a medida que se vayan eliminando centrales a carbón se reemplacen por plantas termosolares con baterías como las del Proyecto Alba", agrega el funcionario, quien además enfatiza la voluntad del país de ponerse al frente de la lucha contra el cambio climático América Latina, una de las regiones que emite menos dióxido de carbono en el mundo.

Del carbón a la sal solar

La torre de Cerro Dominador está rodeada de 10.600 espejos o heliostatos que forman una suerte de girasol a sus pies. Es la cuarta planta de este tipo en el mundo y la única de América Latina.

Las prometedoras sales solares circulan por ductos semejantes a arterias que conectan con la punta de la estructura, donde los espejos que reflejan la luz solar las calientan hasta los 565 grados centígrados.

Luego, las sales bajan por esas mismas cañerías hasta unos contenedores de agua que generan el vapor que mueve la turbina, que a su vez produce la electricidad. “La planta tiene una capacidad instalada de 110 megavatios y gracias a las sales logramos tener un almacenamiento de 17 horas", explica Iván Abella, gerente de Construcción Corporativa del Grupo Cerro.

El proyecto Alba también apunta a usar la misma tecnología para transformar la moderna termoeléctrica de carbón Angamos, de la firma AES, que comenzó a operar en 2011. "Manteniendo la mitad de los activos de esa central, que es prácticamente nueva, se transformaría en una batería que utilizaría la energía eléctrica renovable", dice Vanni Boggio, gerente del Complejo Norte de AES Chile.

Alba se abastecerá de la energía fotovoltaica y eólica, que a su vez calentará las sales que reemplazarán los combustibles fósiles con los que hoy opera Angamos para mantener su actual potencia de 560 MW. "Es un proyecto muy interesante, Hay que seguirlo bien de cerca porque podría ser una solución, aunque no la panacea”, matiza la analista Alonso.

(Con información de AFP)

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