El precio de los damascos (también llamados albaricoques o chabacanos) está en general en $ 140 por kilo, con casos en los que está por encima de los $ 150, todo depende de dónde se lo adquiera. Es una de dos frutas que integra la nueva Lista Inteligente. La otra, parecida pero no igual, es el durazno.
Alejandro Calcetto es un granjero con su sistema productivo en Melilla, zona rural de Montevideo. Produce damascos, pero también otras frutas muy similares, como el durazno y el pelón, y otras bastante diferentes como ciruelas, peras y manzanas.
También es un gran productor de higos, que en su caso llegarán masivamente al mercado a mediados de enero, con el verano ya bien instalado.
El damasco, explicó a El Observador, tiene una presencia bien estacional en los puntos de venta del medio local, durante todo diciembre, sobre todo ahora.
Los que hoy puede la gente adquirir son de los mejores, en un año con una oferta menor a la habitual, pero de máxima calidad.
Esa presencia puntual en el mercado de un fruto que no está disponible en casi todo el año explica, en parte, el precio superior que tiene en los puestos con relación a otras frutas estivales, pero disponibles durante varias semanas más o en todo el ejercicio.
"Pero vale la pena, es una fruta muy rica, muy recomendable", destacó.
La semilla es más chica que la del durazno, lo mismo pasa con el carozo y con la fruta cuando está madura y se la puede consumir, lo que queda bien claro cuando hay un cajón de damascos al lado de otro de pelones y duraznos.
Aunque sea una obviedad, no es un detalle que en un kilo entran muchos más damascos que unidades de otras frutas.
La piel es más amarilla que la del durazno y la pulpa tiene un sabor dulzón, pero con un toque amargo, es más parecido al pelón en todo caso, detalló Calcetto, quien comercializa toda su producción a comerciantes mayoristas en la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM).
Finalmente, señaló que "para aprovecharlo hay que comprar ahora, porque no se lo conserva en frío para vender después, sí hay mucha gente que acostumbra comprarlo, hacer conservas y comerlo más adelante".
Su consumo fresco es el más frecuente, también es muy utilizado como ingrediente en ensaladas de frutas para contrastar su sabor con el de otras frutas, se lo procesa para conservas como se indicó y también hay consumo de damascos en almíbar, mermeladas y deshidratados.
El Observatorio Granjero informó lo siguiente sobre el damasco:
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