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Mutación genética hizo posible la construcción de los rascacielos de Nueva York
El ser humano está genéticamente programado para sentir miedo, siendo el temor a las alturas uno de los más comunes entre la población. Aun así, ciudades como Chicago y Nueva York son famosas por sus icónicos rascacielos
Se calcula que fueron 9.000 los obreros que, en tan solo un año y 45 días, levantaron el Empire State Building, que durante mucho tiempo fue el edificio más alto del mundo. La mayoría de los trabajadores eran inmigrantes europeos que huyeron tras la Primera Guerra Mundial, así como cientos de trabajadores indios mohawks, procedentes de la reserva de Kahnawak (Montreal, Canadá). Estos últimos habían demostrado su tolerancia a las alturas durante la construcción del puente que atravesaba el río St. Lawrence, en el territorio de Mohawk.
La falta de vértigo de estos indios, probablemente por una mutación genética, hizo que se ganaran el sobrenombre de "águilas de la construcción", indicó el médico internista Pedro Gargantilla al diario español ABC.
La famosa fotografía Lunch atop a Skyscraper (Almuerzo en lo alto de un rascacielos) en la que se puede ver a un grupo de 11 obreros almorzando sobre una viga en el piso 69, a unos 244 metros del suelo, fue tomada el 20 de setiembre de 1932, en plena recesión económica, mientras se construía el RCA –dentro del Rockefeller Center- por el fotógrafo Charlie Clyde Ebbets. Los trabajadores fotografiados no cuentan con ningún sistema de seguridad ni arnés, reflejo de la situación laboral del momento.
El hecho de que los mohawks no tuvieran vértigo a las alturas fue una verdadera suerte para los constructores de los rascacielos, ya que les ahorró mucho dinero y hubo una siniestralidad muy baja (en la construcción del Empire State Building fallecieron solamente cinco personas).
