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Hallan agua en toda la superficie lunar

El agua podría ser utilizada para consumo de los exploradores o combustible para los cohetes
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27 de febrero de 2018 a las 05:00

Dos misiones lunares han revelado la presencia de agua distribuida en la superficie de la Luna, la cual parece estar presente día y noche en el satélite. A pesar del difícil acceso a la misma, los futuros exploradores podrían consumirla como agua potable o incluso utilizarla como combustible para los cohetes.

"Encontramos que no importa a qué hora del día ni a qué latitud nos fijemos; la señal indica que el agua siempre parece estar presente", afirmó Joshua Bandfield, investigador principal del Space Science Institute en Boulder, Colorado.

El artículo Distribución generalizada de OH / H2O en la superficie lunar inferida a partir de datos espectrales, publicado por Nature Geoscience, contradice algunos estudios anteriores, que concluían que el agua se concentraba en las latitudes polares del satélite. También sugerían que la fuerza de la señal de agua cambiaba dependiendo del día lunar, el cual representa 29,5 días terrestres.

Teniendo esto en cuenta, algunos investigadores plantearon el hecho de que las moléculas de agua pueden trasladarse a través de la superficie lunar hasta llegar a trampas frías en las partes oscuras de los cráteres, cerca de los polos. La trampa fría es definida como una región tan fría que estabiliza el vapor de agua u otros volátiles que entran en contacto con la superficie. Este estado puede mantenerse durante un período de tiempo prolongado, incluso hasta varios miles de millones de años.

Hay un debate con respecto a las sutilezas de cómo se ha logrado la detección hasta el momento. El tema principal proviene de instrumentos de detección remota que midieron la fuerza de la luz solar reflejada en la superficie lunar. Cuando hay agua presente, este tipo de instrumentos recoge una huella dactilar espectral a longitudes de onda cercana a los 3 micrómetros, que se encuentra más allá de la luz visible y en el ámbito de la radiación infrarroja.

Sin embargo, la superficie de la Luna también puede calentarse lo suficiente como para "brillar" o emitir su propia luz. Por lo tanto, es fundamental desenredar esta mezcla de luz reflejada y emitida. Para ello, los investigadores deben tener información de temperatura muy precisa.

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A partir de las mediciones realizadas por el instrumento Diviner en el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA, Bandfield y sus colegas presentaron una nueva forma de encontrar información de temperatura, creando un nuevo modelo. El equipo aplicó este instrumento de temperatura a los datos recopilados anteriormente por Moon Mineralogy Mapper, un espectrómetro visible e infrarrojo que el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, proporcionó para el orbitador Chandrayaan-1 de la India.

Este hallazgo de agua relativamente inmóvil en la Luna sugiere que podría estar presente principalmente como OH (grupo hidroxilo), el cual es más reactivo que el H2O (agua). El OH se conforma por un átomo de oxígeno y otro de hidrógeno, mientras que el H2O está formado por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. El OH no se mantiene por sí solo por mucho tiempo, prefiriendo atacar moléculas o adherirse químicamente a ellas. Por lo tanto, debe extraerse de los minerales para poder ser utilizado. El hidroxilo "no es tan atractivo como el agua en caso de mantener una estación lunar", comentó Michael Poston, becario de posdoctorado en la Oficina de Europa Science y coautor del estudio.

"El próximo paso consiste en determinar si es agua, hidroxilo o una mezcla de los dos; y de dónde viene. ¿Proviene de una fuente externa, de un cometa o del impacto de asteroides? ¿De los procesos internos de la Luna como el antiguo vulcanismo? ¿O podría ser un proceso continuo del viento solar reaccionando con los materiales lunares para crear OH o H2O?", reflexionó Poston.

Un comunicado emitido por la NASA el 24 de febrero plantea la interrogante que guiará las próximas investigaciones­: "Si sería fácil usarla como agua potable o convertirla en hidrógeno y oxígeno como combustible para cohetes o en oxígeno para respirar". Más allá del estudio del uso de la sustancia, las investigaciones pueden ayudar a comprender las fuentes de agua y su almacenamiento a largo plazo en otros cuerpos rocosos en todo el sistema solar.

"Algunos de estos problemas científicos son muy, muy difíciles, y es solo recurriendo a múltiples recursos de diferentes misiones como somos capaces de encontrar una respuesta", dijo el científico del proyecto LRO John Keller del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland.

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