Donald Trump –virtual candidato republicano a la Casa Blanca– señaló que cuando concluyan sus primeros 100 días de gobierno, en caso de ser electo, ya habrá diseñado un muro fronterizo con México. Además de las implicancia sociales y diplomáticas, entre otras cuestiones, una construcción de este tipo debe ser autorizada por el Fish and Wildlife Service (Servicio de Pesca y Vida Silvestre) de Estados Unidos por su posible impacto para las especies en peligro de extinción presentes en la zona. Esa organización ha relevado 111 especies que se verían perjudicadas por el muro.
Suponiendo que la división se levantara a lo largo de toda la frontera terrestre, el Fish and Wildlife Service estima que el proyecto impactará en más de 100 especies de aves migratorias, cuatro refugios de vida silvestre y criaderos de peces y un número desconocido de humedales protegidos.
En un informe elaborado por la organización y difundido por la revista Outside se afirma que el muro de Trump "sería el fin" de los jaguares en Estados Unidos. La construcción pasaría por el área designada por la ley de Especies en Peligro de Extinción entre Arizona y Nuevo México. En realidad, en el país solo queda un jaguar. La esperanza es que una hembra de las poblaciones mexicanas lo encuentre en algún lugar de ese territorio protegido. El muro también amenazaría a los lobos grises tanto al norte como al sur de la frontera. Solo quedan 100 ejemplares del lado de Estados Unidos y unas pocas docenas en el lado de México.
Otras especies amenazadas serían el manatí antillano, una especie en peligro que habita a lo largo de las vías fluviales costeras de Texas; y al menos cinco especies de tortugas de mar. Por ejemplo, las luces artificiales del muro interferirían con la navegación de las tortugas marinas. Estas no podrían anidar o preservar a sus crías.
El proyecto de Trump también resultaría un peligro potencial para el águila calva, el ave nacional de Estados Unidos. Su alcance se extiende hasta el norte de México. El muro dividiría su hábitat natural. Esta especie no está actualmente en peligro de extinción pero sigue siendo un "ave de interés para la conservación" y está protegida por ley. Por ejemplo, está prohibido perturbar el nido de un águila calva.
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