Los diferentes componentes que conforman una computadora tienen, cada uno, una temperatura máxima. Si esta se alcanza, lo más probable es que se queme y quede inservible.
La temperatura máxima de los procesadores suele variar entre
Intel y AMD. Generalmente, los modelos de Intel suelen aguantar hasta los 105 ºC antes de apagarse por exceso de temperatura. En cambio, los procesadores más modernos de AMD resisten un poco menos: alrededor de los 100ºC.
De la placa base hay que vigilar dos piezas: los VRM y el chipset. Los reguladores de voltaje (VRM)suelen soportar 120º C. Cuando llegan a ella, directamente se apagará la máquina para evitar daños en la placa.
Los chipset, por su parte, no aguantan más de 70º C, aunque al llegar a los 65º C, el ordenador se volverá inestable y se apagará o reiniciará. En ambos casos, la solución para combatir las altas temperaturas es el empleo de una buena refrigeración de dentro de la caja.
Respecto a las tarjetas gráficas, lo normal es que la temperatura máxima sea de 100º C o 120º C.
Los discos duros mecánicos también suelen sufrir bastante con las altas temperaturas. Como norma, no debería pasar nunca de los 60º C. Los dispositivos de almacenamiento sólido suelen tener un rango de temperaturas de funcionamiento superior al de sus contrapartes mecánicos. Generalmente sus temperaturas máximas suelen rondar los 70º C.
Las fuentes de alimentación suelen aguantar temperaturas máximas de 70º C. Eso sí, cuando llegan a este tope, se apagarán y hasta que no baje dicha temperatura, no permitirá un nuevo encendido de la máquina.