El hecho de exigir siempre más horas de sueño fue reconocido como una consecuencia irrevocable de la evolución del hombre. Un estudio publicado en el American Journal of Physical Anthropology concluyó que las personas duermen dos horas menos que lo suficiente.
En el artículo El sueño en un contexto comparativo: investigación sobre cómo el sueño del humano difiere del sueño de los primates, se detectó que la mayoría de las especies tienen aproximadamente 9 horas y 15 minutos de inactividad en el día, mientras que los humanos duermen un promedio de solo siete horas. Esta cantidad de horas no es suficiente, según la investigación, para recuperar la energía necesaria.
Mediante la observación del comportamiento de 30 diversas especies de primates, los cuales varían en la duración de su descanso, se investigó la evolución del desarrollo del sueño de los humanos, enfocándose en parte, en la duración del sueño.
Al final de la investigación, los científicos Charles L. Nunn y David R. Samson admitieron: "La predicción filogenética confirmó que los hombres duermen menos que lo necesario para un primate de nuestra masa corporal, riesgosa depredación, tamaño cerebral, selección sexual y dieta".
Los investigadores de la Universidad de Toronto dieron dos razones por las cuales el hombre dejó de dormir lo que dormía en el principio de su existencia. La primera se basa en el sentido de protección; cuando bajó del árbol y comenzó a dormir en el suelo, el ser humano tuvo que mantenerse despierto durante la noche para defenderse de las posibles fieras que pudieran atacarlo. El otro motivo de esta disminución de la duración del sueño se explica por la gran presión que sentían las personas por aprender y enseñar nuevas habilidades y para hacer conexiones sociales en lugar de dormir.
El Instituto Nacional de la Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shrive publicó una investigación acerca de la importancia del sueño, donde se mencionaban algunas consecuencias de dormir poco: alteración de la regulación circadiana, menor capacidad para crear nuevos recuerdos, cambios en la regulación metabólica y alteración en el estado de ánimo (ej. agresión). También mencionaba que "los individuos que sufren alteraciones en los procesos del sueño también sufren alteraciones en los sistemas sociales y en el aprendizaje y la conducta social".
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