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Cambios en el aire: pantallas por tabletas

Las aerolíneas comenzaron a sustituir los típicos televisores en pasillos y asientos por dispositivos móviles con material precargado o al que se accede vía wifi
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24 de agosto de 2014 a las 05:00
El sueño de todo viajero de clase económica, resignado ya antes de subir al avión a un viaje incómodo y con pocos mimos, es que la aeronave que le toque al menos tenga una pequeña pantalla personal con películas, series y juegos. Los sistemas de entretenimiento en el aire se han hecho más corrientes en los últimos tiempos y ahora es usual, sobre todo en aquellos vuelos que realizan grandes recorridos, que un pasajero que paga incluso la tarifa más básica pueda acceder a esta ventaja para matar horas de poco confort en el aire.

Ahora el beneficio de la pantalla personal podría cambiar para bien. Diversas aerolíneas, incluyendo algunas de las llamadas low cost y otras que solo realizan vuelos locales, están incorporando nuevas opciones que le permiten al viajero elegir entre usar su propio dispositivo personal o alquilar uno. Eso es lo que decidió hacer American Airlines en sus vuelos internos en Estados Unidos y lo que ya está generalizando en sus naves Delta Airlines, sobre todo en aquellas que nunca contaron con un sistema de entretenimiento en vuelo.

Costoso entretenimiento


Una pantalla adosada al asiento (los modelos más antiguos de aviones las incluyen al costado y no al frente, por lo que deben ser desplegadas) es un pequeño lujo para el pasajero, pero sobre todo, para la industria de la aviación. Instalar sistemas de entretenimiento pensados para el aire puede costar hasta US$ 30 millones por avión, explicó un ejecutivo de esta industria al periódico Wall Street Journal. Es que cada pantalla debe ser fabricada respetando estándares de seguridad muy estrictos, lo que encarece el proceso hasta el punto de que cada una cuesta unos US$ 10 mil.

Para la aerolínea el costo no solo tiene que ver con la compra inicial del equipamiento, sino también con otras variables como el peso. Una pantalla de avión que no sea de última generación puede pesar hasta seis kilos, si se considera todo el sistema necesario para que funcione. A esto hay que sumarle el peso de los cables que conectan todos los sistemas con la central. Este se traduce en más combustible que se debe gastar para hacer un recorrido, justamente uno de los factores que más encarece el pasaje. Si un Boeing 767 eliminara todas sus pantallas adosadas a asientos, se podrían ahorrar hasta 80 toneladas métricas de combustible por año, explicó un ingeniero informático a la revista Fast Company.

Una solución a mano


La vida de los sistemas de entretenimiento en aviones está lejos de terminar, aunque comenzará a diversificarse cada vez más. Aerolíneas de diverso porte están probando sistemas que incluyen wifi con banda ancha en la aeronave para que el pasajero se conecte desde su tableta o una que alquila a la compañía. De esta forma accede a ver todo tipo de contenidos de entretenimiento.

Dependiendo de la política comercial de cada empresa, los contenidos audiovisuales pueden ser totalmente gratuitos o tener precios tan variables como US$ 0,99 por una serie de televisión a US$ 3,99 por una película. El pasajero puede pagar para verla en su propio iPad o tableta Android, o puede rentar, por un costo variado, una a la aerolínea. Este sistema les permite a las empresas ofrecer enormes bibliotecas de contenidos con miles de opciones y no una única y limitada programación.

Otras aerolíneas apuestan por sistemas híbridos y, además de ofrecer tabletas o contenidos descargables vía wifi, también incluyen pantallas de alta definición en las clases ejecutiva o premium. Esto es lo que hizo Emirates, la compañía basada en Dubai, que instaló pantallas HD de 27 pulgadas en primera clase. De esta manera, logra brindarle al pasajero el confort que se espera por ese precio (compitiendo con el retina display de un iPad) y, al mismo tiempo, permite elegir entre muchos contenidos que se pueden elegir por internet.

Por otra parte, algunas compañías experimentan con el alquiler de una tableta que ya incluye contenido precargado, o una aplicación de la aerolínea hecha a medida desde la cual, previo pago o introducción de una clave, se pueden ver películas, documentales y series.

El uso de aparatos portables tales como las tabletas soluciona a las aerolíneas un problema recurrente y es que se actualizan solos, a diferencia de los sistemas de entretenimiento preinstalados en los aviones, que deben ser en general totalmente reemplazados.

El dilema ahora, en el caso de que una aerolínea solo ofreciera tabletas y contenidos por streaming, es dónde se ubican este tipo de dispositivos mientras el pasajero consume las comidas servidas en bandejas. Los ingenieros y diseñadores deberán agudizar el ingenio para encontrar un lugar viable que no encarezca, aun más, los costos y pasajes.

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