La gran novedad de los nuevos iPhone 6S y 6S Plus es que tienen una pantalla sensible a la presión que proporciona acceso rápido a aplicaciones desde la pantalla de inicio. Para esto se utiliza el concepto de "peek and pop", que consiste en que, al presionar un poco la pantalla, el usuario podrá echar un vistazo a atajos o vistas previas de una determinada aplicación. En la cámara, por ejemplo, las opciones que se despliegan son "tomar una selfi", "grabar un video", "grabar en cámara lenta" o "tomar una foto". Para activar la función que se desea, se presiona con un poco más de fuerza sobre ella y al soltar la pantalla se vuelve al lugar desde el que se comenzó.
Los expertos de iFixit.com, conocidos por sus famosos "teardown" u operaciones de desarmado de los dispositivos electrónicos, no han tardado en destripar la nueva tecnología.
La pantalla del smartphone está compuesta por ocho piezas. El sensor 3D Touch está situado tras el panel de la pantalla y puede ser descrito como una rejilla de placas de condensadores rectangulares, conectadas al controlador por un pequeño cable. Para su desarrollo, Apple se basó en la flexibilidad del cristal Corning (un material más resistente a los golpes) de las pantallas de sus celulares. Debajo de esta hay 96 sensores que miden variaciones microscópicas de la distancia entre ellos y el cristal (cuanta más presión se ejerce en la pantalla menor es la distancia con los sensores). Estas señales se combinan con las de los sensores táctiles para sincronizar el comando con la imagen de la pantalla.
Dicho de otra forma: el hardware mide la fuerza, mientras que el software mide la intención del comando.
El chip mantiene los condensadores cargados y mide los cambios de corriente. Cada uno de los condensadores rectángulos contiene oro.
Para polarizar los sensores del 3D Touch, los nuevos iPhones utilizan una capa de mylar (un tipo de plástico muy usado en envases de bebidas y textiles) que refleja una luz difusa hacia el interior del aparato.
Lo que Apple busca con esta nueva tecnología es ahorrarle tiempo al usuario en la navegación entre aplicaciones y evitarle los segundos que le lleva presionar el botón de inicio para abrir otra aplicación. Algo que nadie pidió y que a pocos les preocupaba, pero logra brindar una experiencia de uso más fluida y amigable.
Entre otros hallazgos interesantes, iFixit encontró una batería más pequeña, por lo que su duración será menor a la del modelo anterior. Además, reveló que Apple reforzó todos los bordes del dispositivo con una especie de junta de protección y colocó un tipo de cubierta de silicona sobre cada conector de cable de la placa base para que el dispositivo sea resistente al agua. Al parecer estos modelos vienen equipados con un nuevo material llamado Aluminio 7000, el mismo que contiene el Apple Watch, sí resistente al agua.
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