Con unos pocos clics, en
internet es posible comprar marfil, reptiles, pájaros, partes del esqueleto de tigres, garras y hasta alfombras de oso polar o una taza hecha con el cuerno de un rinoceronte por un precio de US$ 86.000. Esto fue parte del descubrimiento de un grupo de investigadores del
Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW por su sigla en inglés), que durante seis semanas se dedicaron a hacer un diagnóstico sobre cómo está el mercado negro de
animales en la red.
El resultado fue que en ese período hubo 33.006 animales salvajes o productos hechos con ellos a la venta en 280 sitios web de 16 países. Se estima que el mercado negro de animales tiene un valor de US$ 19.000 millones, lo que lo hace el cuarto mercado negro más lucrativo, después del de las drogas, bienes falsificados y trata de blancas, publicó el diario inglés
The Guardian.
Según The Guardian, entre las ofertas, el equipo de investigadores encontró un orangután entrenado para ir al baño, chimpancés, jaguares, tigres, osos y varios tipos de reptiles exóticos.
"Así como la caza furtiva alcanza niveles alarmantes, la venta online de animales es una silenciosa y siniestra amenaza a las especies en peligro que le permite a los criminales efectuar su negocio desde el anonimato", dijo
Azzedine Downes, presidente y jefe ejecutivo de IFAW.
Venta ilegal promocionada
El problema encontrado no fue solamente el comercio, sino también las publicidades que promocionaban productos de este mercado ilegal. Se encontraron 9.482 anuncios de venta animales que se encuentran protegidos por la
Convención sobre el Comercio Ilegal de Especies amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES). El valor total que se estimó para estas ofertas es de US$ 11 millones. El 54% de los animales vivos promocionados a través de la web incluso incluían el envío.
Con respecto al marfil, la IFAW encontró 3.047 anuncios de vendedores que buscaban disfrazar sus productos con palabras clave para no ser detectados por eBay y otras empresas que tienen prohibidas estas transacciones.
El estudio se enfocó en animales salvajes comercializados en sitios web de Baréin, Bielorrusia, Bélgica, Canadá, China, Francia, Alemania, Holanda, Kazajistán, Kuwait, Polonia, Qatar, Rusia, Ucrania, Emiratos Árabes y Reino Unido. Además, se centraron en sitios que funcionaban con código abierto, a los que sería fácil acceder para cualquier persona con conexión a internet.