Antes de las consolas Xbox, Wii o PlayStation 4, entre otras, existió un pasado. Entre 1980 y 2000 los videojuegos tuvieron otras estrellas que muchos usuarios añorarán, pero que no son fáciles de conseguir en el mercado local. Las Atari, Family Game y Nintendo fueron las consolas que marcaron toda una época, aquella en la que el entretenimiento pasaba por conectar los cables al televisor y se disfrutaban de juegos legendarios como
Mario Bros.,
Donkey Kong y
The Legend of Zelda.
En Retro Games, un local ubicado en la Galería Cristal, en 18 de Julio 985, es posible regresar a ese pasado. Sus estanterías están repletas de viejas consolas, juegos antiguos (los de cartucho) y las
“primeras computadoras” de escritorio. También allí se ofrece reparación y soporte. Es un paraíso para nostálgicos y coleccionistas.
“Retro Games comenzó a través de la compraventa en ferias y remates donde conocí gente que coleccionaba consolas y videojuegos. Estas comenzaron a valorar las piezas antiguas que había obtenido”, contó a
Cromo su propietario, Luis Alberto Zelayes. Aunque el local funciona hace cuatro años, Zelayes está inserto en este mundo desde hace 20.
Sus clientes, sin embargo, no superan los 30 años de edad. Por lo general, llegan por el boca a boca o por las ofertas que publica en Mercado Libre. Por ejemplo, un Family Game (originalmente lanzado en 1983) puede adquirirse por $?700; esto incluye dos joysticks, transformador, cables, manuales y un juego. Un Super
Nintendo (que se lanzó en 1990), también con accesorios, ronda los $?1.000. La Megadrive de Sega (de 1989) tiene el mismo precio. “Los clientes saben que cuentan con garantía. Si sucede algo con un equipo, realizamos el servicio técnico. Nos hacemos cargo de lo que vendemos”, señaló el vendedor.
Los juegos para Family Game, Atari, Super Nintendo y Sega cuestan $?100. Los que corren en la Play Station 1 y 2 pueden comprarse por $?300. En Retro Games también está la opción del canje. Entre los títulos más vendidos se destacan
Aladdin,
Mario Bros y
Nemo.
Si el cliente es curioso y se atreve a revolver, también podrá encontrar computadoras TK 90X Spectrum y Adam, entre otros modelos que ya celebraron su trigésimo cumpleaños.
El pasatiempo de siempre
Antes de la apertura del local, el vendedor tenía tiempo para jugar a los videojuegos que ahora vende. Pasó muchas tardes jugando al Play Station 1 con su familia, pero actualmente el trabajo ocupa todo su tiempo. “Creo que los juegos de ahora tienen poca jugabilidad. Son puro gráfico y con un
elevado nivel de violencia y por eso los descarto”, agregó.
Aunque se dedica al rubro de segunda mano en videojuegos y consolas, Zelayes tiene claro que “esto tiene un techo” y no hay más mercado de lo que se ve en las ferias y en su local.
“He llegado a la conclusión de que siempre somos los mismos interesados. Se puede contagiar a tres o cuatro personas nuevas, pero el que ya está en el tema siempre está en la vuelta”, indicó.
Retro Games tiene competencia. Un cliente de Zelayes transitó un camino similar y abrió su propio espacio. El propietario trabaja a través de su página web pero no realiza reparaciones. En más de una oportunidad se plantearon asociarse, pero Zelayes no quiso dar ese paso. “Me ofrecía mantener todo lo retro y también vender consolas y juegos nuevos. Pero no acepté. Tengo la política de que lo mío es mío. Mucho o poco, pero mío”, explicó Zelayes, quien no dudó en aclarar: “Trabajo en esto porque es lo que me gusta. Es un hobbie eterno”.