Al israelí Dan Shechtman lo trataron de loco, lo ridiculizaron y tardaron 10 años en reconocerle su mérito. Incluso lo llegaron a llamar "cuasicientífico". Mejor tarde que nunca, pues la validación de la comunidad científica vino acompañada de un
Nobel, el máximo premio al que puede aspirar un científico.
Schetman descubrió los cuasicristales y cambió el rumbo de la cristalografía para siempre. La suya, es una historia de perseverancia y una lección de humildad para la comunidad científica. "La lección principal que aprendí a lo largo del tiempo es que un buen científico es humilde, escucha otros
científicos y no está 100% seguro de lo que lee en los libros", dijo.
Ahora, Shechtman es además conferencista y se dedica a la divulgación en niños. "Si querés convertirte en científico, hacete experto en un tema que te guste. Y te prometo que, si lo hacés, tendrás una excelente carrera", afirmó en entrevista con El Observador en agosto.
El investigador visitará Uruguay esta semana, recibirá la distinción de Visitante Ilustre de Montevideo, recorrerá algunas instituciones educativas y dará dos conferencias abiertas. Una de ellas será sobre los desafíos que enfrentan la
ciencia de los materiales y la ingeniería, mañana a las 19.30 horas en la Universidad ORT (Bvar. España 2633). La segunda tratará sobre el descubrimiento de materiales cuasiperiódicos y será el miércoles a las 11.30 horas en el Paraninfo de la Universidad de la República (18 de Julio 1824).