La caza de ballenas por parte de Japón ha sido considerada como una práctica desvinculada de los fines científicos, anunció la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Con doce votos contra cuatro, los jueces decidieron retirar los premisos para la matanza de estos animales en el océano Antártico,
dándole la razón a Australia, que presentó la denuncia en 2010 aduciendo que se usaban a los animales con fines comerciales, señaló la cadena
BBC News.
Según la CIJ, "Japón debe revocar toda autorización, permiso o licencia existente concedida en relación a (el programa) JARPA II, y abstenerse de conceder cualquier otro permiso en persecución de este programa", según informó
CNN. JARPA II habilitaba a Japón a realizar estudios sobre el ecosistema antártico y las poblaciones de ballenas. Dentro de este permiso, la autoproclamada caza científica estaba permitida.
“A pesar de la moratoria de la caza comercial de ballenas, Japón ha seguido cobrándose la vida de miles de gigantes del mar en un lugar donde deberían disfrutar de un paraíso”,
dijo el capitán Paul Watson, fundador de la organización ecologista Sea Shepherd. Y agregó: “Sea Shepherd y yo mismo, junto con millones de personas en todo el mundo, esperamos que Japón acate la sentencia de la CIJ y deje a las ballenas en paz”.
La prohibición de la caza de ballenas está vigente desde 1986. No obstante, Japón continuó con esta práctica amparándose por el artículo VIII de la Convención de 1946, que permite la caza de ballenas con fines científicos. Países como Islandia y Noruega tampoco han abandonado esta práctica.
En los últimos 20 años, 10.000 ballenas han muerto a causa de supuestas investigaciones científicas a mano de japoneses.