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Una lenta carrera hacia el auto inteligente

Las empresas tecnológicas apuestan cada vez más al mercado de los prometedores coches en los que todos son pasajeros. Sin embargo, estos deberán vencer varios obstáculos antes de circular por las calles
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28 de marzo de 2015 a las 04:45
Un auto sin conductor comenzó su trayecto de costa a costa a través de Estados Unidos, desde San Francisco hasta Nueva York el domingo pasado. El Audi SUV SQ5 modificado por la empresa Delphi que desarrolla tecnología para vehículos, romperá el récord del trayecto más largo hecho por un coche autónomo: 5.600 kilómetros.

Por razones de seguridad, la empresa no reveló el camino que hará el vehículo, pero sí aseguró que llegará a destino antes del evento de automóviles New York International Auto Show, que comenzará el 3 de abril. Aunque se trata de una movida publicitaria, también servirá para el desarrollo de la tecnología: la empresa recogerá 2,3 terabytes de información.

Los vehículos inteligentes en los que todos son pasajeros y no hay necesidad de poner las manos sobre el volante son una promesa tecnológica para los próximos años que cada vez cobra más fuerza, pero no está exenta de obstáculos.

Los autos de Silicon Valley


Google presentó su coche autónomo el año pasado y va adelante en la carrera, con algunos autos ya circulando en Mountain View, California, como parte de su experimentación. Este vehículo identifica obstáculos e incluso frena cuando hay pozos, pero no puede funcionar sin internet ni en días de mucha lluvia o nieve.

Este año, la compañía pretende sacar a pasear también a su coche autónomo pequeño –solo para dos personas–; el objetivo es lanzar los primeros al mercado en cinco años.
El futuro es con coches autónomos, no con conductores”, dijo Travis Kalanick, CEO de Uber

Google no es la única tecnológica con proyectos de este tipo. Apple, que ya posee su propio software para autos –al igual que Google con Android Auto– también tiene un vehículo autónomo entre manos, aunque el proyecto es todo un misterio. El nombre del programa, Project Titan, es de lo poco que se ha conocido luego de que la compañía contratara a decenas de expertos del sector automotor.

Más certero es el plan de Uber, el servicio online de transporte en coches privados que ha causado polémica en el mundo, que también proyecta usar vehículos que se manejen solos. La firma realizó un convenio con la universidad Carnegie Mellon para crear un centro de investigación en Pittsburgh en donde desarrollar los propios. “El futuro es con coches autónomos, no con conductores”, dijo el año pasado Travis Kalanick, CEO de la compañía, quien luego tranquilizó a sus choferes al pronosticarlo para el futuro lejano. “Los espero en 2035”, publicó en Twitter.

Una actualización de software será la que les dará a los sedanes de la línea S de Tesla, fabricante de coches eléctricos, la posibilidad de manejarse solos. El CEO de la empresa, Elon Musk, anunció que su firma lanzará la tecnología autónoma al mercado este invierno. Con lo que se denomina el “autopiloto”, los conductores podrán descansar –al menos por un rato, aunque sin dejar de prestar atención– las manos del volante y de hecho solamente dar instrucciones, para luego dejar que el auto recorra las carreteras por sí solo, informó el New York Times.

Las empresas fabricantes de autos tampoco se han quedado atrás. Mercedes Benz, Nissan y Toyota ya tienen sus prototipos. Incluso el gigante chino del comercio online Alibaba incursionó en el área al invertir en el desarrollo de un auto conectado a internet.

Una oportunidad


Hay cierta dicotomía entre lo que busca Silicon Valley y lo que desarrollan las empresas fabricantes de automóviles. Estas compañías prefieren enfocarse en el motor, comodidades y rendimiento del vehículo mientras que Silicon Valley pone prioridad en lo suyo: la tecnología.

“Creemos que aquí hay una oportunidad de negocio, pero lo que es evidente es que hacer autos es realmente difícil y las compañías que los fabrican son muy buenas en ello”, dijo el líder del proyecto del vehículo de Google, Chris Urmson, al diario USA Today. “Entonces, a mi parecer, la solución es encontrar alguna asociación”, agregó.

El oro para las tecnológicas no está en el rendimiento del auto sino en cómo aprovecharlo para vender servicios y publicitar productos, explicó a Cromo Giovanni Pau, experto en movilidad inteligente de la universidad Pierre y Marie Curie de Francia. “Ven al auto como un lugar en el que sugerir cosas y dirigir los hábitos de consumo del usuario, de acuerdo a lo que es mejor para sus intereses”, añadió. Las tecnológicas, a su juicio, intentan dar un servicio que los fabricantes no pueden dar, “ya sea que el auto se maneje solo, que se estacione solo –entre otras cosas– o que tenga un nivel de conectividad nunca visto antes”.

Un ejemplo de esto sería que el auto aprendiera del comportamiento del usuario y pudiera encargarle el café de la mañana en su comercio habitual apenas este salga de su casa para no perder tiempo.

Un largo camino


Sin embargo, “una cosa es que la tecnología esté disponible y otra muy distinta es que esté apta para salir a la calle“, explicó Pau. “La inteligencia está llegando a los autos de forma lenta y yo creo que hay un largo camino hacia lo autónomo, en el sentido de poder sentarse en el auto y decirle ‘llevame a tal lugar’”, indicó.

El principal impedimento es lograr que el auto pueda reaccionar ante las situaciones imprevistas, como un peatón que cruza donde no debe o un animal que aparece de sorpresa. Además, los coches deben ser capaces de interactuar entre sí para circular sin causar accidentes. “No importa cuántos sensores tengas, hay puntos ciegos, así como los hay hoy para los humanos” explicó Pau.

Para resolver eso, Favio Masson, ingeniero electrónico de la Universidad Nacional del Sur en Argentina, quien dio una conferencia en un taller organizado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), estudia las formas por las que los vehículos pueden compartir información para obtener más seguridad en el tránsito. El objetivo es lograr que un área esté más segura, haciendo que los vehículos se mantengan en contacto, intercambiando datos que obtienen de sus sensores.

Para ello deben ser capaces de captar toda la información del contexto, de analizarla, comprenderla y, a su vez, predecir qué es lo que ocurrirá después.

Masson anunció dos etapas en la incorporación de esta inteligencia a las cuatro ruedas. Una: el advenimiento de la comunicación entre los vehículos y la adquisición de cada vez más cámaras, radares o sensores, lo que está ocurriendo ahora mismo. La otra sucederá cuando los coches autónomos ya estén en la calle.
Incluso si Google estuviera pronto hoy para lanzar los coches, faltarían como 10 años para que todos los vehículos de la calle fueran autónomos”, indicó el investigador Giovanni Pau

Pero si un vehículo sin conductor choca con otro, ¿quién es responsable: el dueño o el fabricante? Los gobiernos deberán encontrar una forma de resolver problemas legales y adaptar sus normas de tránsito, explicó Pau.

“Incluso si Google estuviera pronto hoy para lanzar los coches, faltarían como 10 años para que todos los vehículos de la calle fueran autónomos”, apuntó. Durante varios años habrá un sistema híbrido: autos que se manejan solos y otros conducidos por personas.

¿Y qué pasará con los robos de autos? Esa es otra de las preocupaciones que tienen tanto los potenciales futuros compradores como los desarrolladores. Los sistemas deben ser infalibles, hasta que, según Pau, se tenga un mecanismo para reducir ese riego a cero. Si no, “es difícil convencer a los consumidores de subirse al barco”.

Subí que te llevo


En el Instituto de Ingenieros de Electricidad y Electrónica (IEEE), una organización mundial que asocia a expertos en tecnología de diferentes áreas, se predijo que el 75% de los autos en las calles serán autónomos para 2040. Pero en los próximos años ya comenzarán a incorporar cada vez más funciones inteligentes.

Si esto se cumple, habrá menos siniestros de tránsito, aunque los viajes serán un poco más aburridos. Los vecinos de Mountain View ya se quejan por la lenta velocidad de los autos de Google. Vale preguntarse también qué pasará con las multas de tránsito.

Mientras que se resuelven los impedimentos para que estos autos salgan a la calle, ya se fantasea con todo lo que esta nueva forma de transportarse permitirá lograr. El día que llegue a las calles causará una verdadera revolución.




Hackear un auto inteligente




Los autos más lujosos ya tienen herramientas que les permiten estacionar solos, mantener una distancia prudencial de otros vehículos y hasta detectar cuando el conductor tiene sueño.

Sin embargo, hay algo que preocupa a los desarrolladores y son los hackers. Si un coche le dijera a otro que dobla hacia la derecha y, en realidad, va a la izquierda en una autopista congestionada, podría generar caos.

Si un criminal lo aprovechara, el riesgo sería enorme. Según el investigador Giovanni Pau, ya hay en internet dispositivos que permiten controlar el acelerador del auto desde un celular y por eso la seguridad para estos vehículos deberá ser a prueba de balas.

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