Se llaman
Chaco castanea y
Chaco costai, y son dos nuevas especies de arañas descubiertas en Uruguay. El hallazgo, publicado en la revista
Zookeys, amplía la lista de
más de 200 arácnidos autóctonos del país y pone en relieve la importancia de una vegetación en peligro.
Ambas especies habitan en suelos arenosos de las zonas costeras oceánicas y fluviales de Perla de Rocha y Cabo Polonio, asociadas con la vegetación psamófila. Es decir que, para su supervivencia, estas arañas dependen de las típicas plantas que uno puede encontrar en las playas del Este, creciendo sobre arena y dunas.
Según explicó Fernando Pérez-Miles, investigador de la sección Entomología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República quien participó del estudio, la vegetación psamófila se "están viendo cada vez más amenazadas por la deforestación o la reforestación con especies vegetales introducidas". Esto podría poner en peligro a dos especies que, por el momento, no fueron encontradas en ninguna otra parte del mundo.
La puerta de la ciencia
De las dos especies descritas,
Chaco costai es la que más ha llamado la atención, contó Pérez-Miles, quien realizó el estudio junto a Laura Montes de Oca, también investigadora de Entomología. Esta araña había caído en trampas de los científicos años atrás, pero no lograban encontrar dónde vivía para poderla estudiar mejor. Es que no solo tenía hábitos nocturnos, sino que hacía cuevas subterráneas las cuales tapaba con una suerte de puerta basculante.
Descrita como "tapa-cortina" por los científicos, "la puerta en verdad consiste en una prolongación de la capa de seda que reviste el interior de la cueva, cubierta de granos de arena. Es flexible y ligeramente articulada", describen los investigadores en el trabajo.
Dado que son arañas sedentarias, sin un sistema de transporte distinto a simplemente caminar, una hembra puede crecer y pasar casi toda su vida en la misma cueva, contó Pérez-Miles. Esto hace que la especie sea más vulnerable a la extinción, agregó. El macho, en cambio, recorre las arenas rochenses en busca de presas y pareja sexual. Fue gracias a ello que varios ejemplares cayeron en las trampas de la ciencia.
Homenajes arácnidos
La araña
Chaco costai fue bautizada "en honor a
Fernando G. Costa, un reconocido aracnólogo uruguayo que contribuyó largamente con el conocimiento de las arañas y ha inspirado a muchos colegas y estudiantes", se indica en el trabajo. "
Chaco" designa al género, mientras que
"costai" es la versión en latín del apellido del científico nacional.
Pérez-Miles contó que es la tercera especie de arácnido autóctono que describe y que esta vez, desde la nomenclatura, quiso homenajear a un investigador que mucho ha hecho por el área. Algo similar sucedió el año pasado, cuando otra especie fue bautizada
Anelosimus vierae en honor a la aracnóloga Carmen Viera.
Con un cuerpo de entre uno y dos centímetros, las dos nuevas especies de arañas tienen patas y cuerpos robustos, así como una coloración amarronada. De hecho, el nombre
Chaco castanea hace referencia a ese tono castaño característico de la especie, aunque Pérez-Miles reconoció que es un guiño también a Cacho Castaña. En definitiva, si
Lou Reed, Bono y Neil Young tienen sus propias arañas, ¿por qué el autor de
Café La Humedad no?