Un grupo de investigadores de la Universidad de Osaka (Japón) idearon una manera de deshacerse del concreto sin tener que recurrir a soluciones tan peligrosas como la demolición o implosión de edificios.
El
robot ERO es una solución limpia y amigable con el ambiente. Se trata de un aparato que “borra” el concreto y lo transforma para poder ser reutilizado.
El primer paso es pulverizar el material disparando un chorro de agua a alta presión. Los pequeños pedazos que se van desprendiendo son aspirados por la máquina y en el momento empaquetados para que puedan volver a ser material de construcción utilizable.
Si bien en papel parece una muy buena idea, estos robots que mucho se asemejan a Wall-E, el entrañable personaje de Pixar, aún se encuentran en etapa de desarrollo.
El equipo, sin embargo, fue galardonado por la
Industrial Designers Society of America por su innovadora idea.
El concreto en números
Anualmente se fabrican 1.620 millones de toneladas de concreto.
El concreto dura entre 60 y 80 años en condiciones climáticas normales.
La producción de concreto representa el 5% de creación de dióxido de carbono anualmente.