Las fotos y videos que en este momento duermen en tu carpeta “Mis documentos” podrían tener otro uso aparte del de exhibirse en Facebook o traer de vuelta recuerdos pasados cuando nos apetece la melancolía. Cualquier usuario de Windows tiene en sus manos una herramienta para convertir esa masa de imágenes y grabaciones desordenadas en un hermoso video (o al menos en uno aceptable, dependiendo de la creatividad de cada uno). Se llama
Movie Maker y desde hace más de una década que está allí, en la computadora. Basta con ir a Inicio y buscarlo para empezar a a editar. No en vano, Microsoft lo ha preinstalado en todas sus versiones de Windows (salvo la 7) y desde hace unos cuantos años lo considera uno de sus “esenciales”.
El Movie Maker es lo que el nombre indica: un software para hacer películas. Pero por más complicado que pueda parecer jugar a ser editor, no lo es con este programa. Fácil de usar y muy intuitivo, siempre tiene las instrucciones de ayuda al alcance del clic. En esencia, el programa permite agregar (“importar”) fotos, secuencias de video y audio o música, para luego ordenarlos en una línea de tiempo a gusto del consumidor. El usuario puede organizar los diferentes clips o archivos como si fueran las piezas de un puzle, colocándolas en el orden que más convenga a la narración y dándoles la duración deseada.
También se pueden agregar efectos de transición entre una imagen o secuencia y otra (como el clásico fundido a negro) y diferentes efectos de video y audio, así como también ajustes de volumen. Basta con arrastrar los archivos y estirarlos o acortarlos (aparece una flecha que indica la dirección) para determinar la duración, o bien usar los botones debajo de la pantalla donde se previsualiza el video mientras va tomando forma. La última versión del programa permite funciones más sofisticadas, como estabilizar la imagen cuando se ve movida.
Así, el usuario puede dar rienda suelta a la imaginación o bien explotar los “temas” que ofrece el programa (solo en Windows Vista y 7). Dependiendo del elegido (por ejemplo, “acción”), se agregarán transiciones y efectos acordes. Esta última función es similar a la que ofrece
iMovie, el editor de videos de Apple. Casi de la misma edad que Movie Maker, este software también se rige por el principio de “arrastrar y soltar”. Además, cuenta con otras funciones, como el “Editor de precisión”, que ayudan a que el video luzca como uno realizado por un profesional.
Agregar subtítulos y créditos al final es otra opción de Movie Maker para estos videos, que se pueden compartir online a través de las redes sociales para lucirse en cumpleaños, fiestas y hasta en presentaciones laborales. Y, cuando nos pongamos nostálgicos, tendremos una manera más original y dinámica de acceder a los recuerdos.