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Un proyecto educativo entre robots de peluche e impresoras de esmaltes
Es grande la variedad de iniciativas que compiten con la plataforma uruguaya orientada a la enseñanza en la Imagine Cup de Microsoft. Sin embargo, los estudiantes celestes comenzaron bien en el campeonato
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31 de julio de 2014 a las 05:01
Desde una aplicación que identifica la comida a partir de una foto hasta un juego que enseña la tabla periódica a escolares, la categoría de innovación de la competencia estudiantil de tecnología Imagine Cup tiene proyectos muy variados. Sin embargo, Flipped, la plataforma educativa creada por cuatro jóvenes uruguayos, es uno de los firmes postulantes para llevarse el máximo premio en las finales mundiales de este torneo organizado por Microsoft.
El miércoles comenzó la competencia oficial con la presentación de los proyectos. Cada equipo tenía 20 minutos para explicar su iniciativa tecnológica y responder preguntas del jurado. Y al decir jurado, uno no debe imaginar esos que derrochan elogios en programas de televisión. Son profesionales del área, en su mayoría ejecutivos de Microsoft, haciendo incisivas preguntas de temas tan variados como el público objetivo y el plan de negocios, o el lenguaje de programación usado y la compatibilidad del programa con el nuevo sistema de reconocimiento de voz de Windows Phone, Cortana.
Por si todo eso no fuera suficiente presión, las exposiciones se realizaban con público (prensa e invitados) y un vistoso reloj con la cuenta regresiva del tiempo.
El desafío era grande y el equipo uruguayo estuvo a la altura. José Chiarino, Felipe Coirolo, Mariano San Andrea y Nicolás Saúl hicieron una presentación sólida, ágil y bien estructurada, donde todos respondieron alguna pregunta y siempre tenían una gráfica estadística que respaldara su argumento.
Por ejemplo, el jurado les pidió que explicaran cómo habían mejorado los estudiantes en lo académico tras usar Flipped en clase, algo que los uruguayos calificaron simplemente como "un éxito" durante la exposición. Entonces, mostraron estadísticas de experiencias realizadas en la propia Universidad de Washington, donde se estaba desarrollando la instancia. Los números indicaban que de un 17% de fracasos y 14% con máximas calificaciones, los números pasaron a 4% y 24% respectivamente.
En entrevista con Cromo, Victoria Grady, directora de audiencias para desarrolladores de Microsoft y jurado en la edición pasada de la Imagine Cup, dijo que "estaba orgullosa" de los estudiantes uruguayos, porque mostraron un proyecto muy bien elaborado y trabajado, además de hacerlo como equipo.
Los competidores más fuertes para el equipo uruguayo son los de Japón y Bahrain. El proyecto nipón es por demás vistoso: se trata de un oso panda de peluche que imita los gestos que una persona hace a la cámara, usando el sensor de movimiento de la consola de videojuegos Xbox, Kinect. Su objetivo es crear una experiencia más personal entre gente que se encuentran lejos. Por ejemplo, unos abuelos hablando por videochat con su pequeño nieto, pueden saludar a sus computadoras y que el peluche lo haga en vivo para el niño.
Aunque el japonés resulta atractivo, su despliegue técnico y potencial de expansión no es tan impactante como el de las estudiantes de Bahrain. Su proyecto, llamado Butterfly, combina hardware y software con un toque femenino. Se trata de una aplicación en la cual es posible elegir un color específico de esmalte de uña en formato normal, mate o con brillos e imprimirlo en una máquina en menos de 50 segundos. Es tan impactante lo que propusieron estas jóvenes vistiendo hiyab (pañuelo en la cabeza que usan las islámicas) que el jurado hizo preguntas casi desconfiadas sobre el circuito incluido en el aparato o el lenguaje de programación de la app.
El desafío este jueves se traslada a las oficinas de Microsoft en Redmond, en los suburbios de Seattle. Allí cada uno de los 35 grupos de estudiantes tendrá un stand donde mostrarán a los jueces ese proyecto que el miércoles solo explicaron.
Este jueves entre las horas 14 y 15 (horario a confirmar), Cromo hará una salida en vivo desde el campus de Microsoft para El Observador TV, el nuevo canal online en vivo, que se lanza ese mismo día.
El miércoles comenzó la competencia oficial con la presentación de los proyectos. Cada equipo tenía 20 minutos para explicar su iniciativa tecnológica y responder preguntas del jurado. Y al decir jurado, uno no debe imaginar esos que derrochan elogios en programas de televisión. Son profesionales del área, en su mayoría ejecutivos de Microsoft, haciendo incisivas preguntas de temas tan variados como el público objetivo y el plan de negocios, o el lenguaje de programación usado y la compatibilidad del programa con el nuevo sistema de reconocimiento de voz de Windows Phone, Cortana.
Por si todo eso no fuera suficiente presión, las exposiciones se realizaban con público (prensa e invitados) y un vistoso reloj con la cuenta regresiva del tiempo.
La presentación celeste
El desafío era grande y el equipo uruguayo estuvo a la altura. José Chiarino, Felipe Coirolo, Mariano San Andrea y Nicolás Saúl hicieron una presentación sólida, ágil y bien estructurada, donde todos respondieron alguna pregunta y siempre tenían una gráfica estadística que respaldara su argumento.
Por ejemplo, el jurado les pidió que explicaran cómo habían mejorado los estudiantes en lo académico tras usar Flipped en clase, algo que los uruguayos calificaron simplemente como "un éxito" durante la exposición. Entonces, mostraron estadísticas de experiencias realizadas en la propia Universidad de Washington, donde se estaba desarrollando la instancia. Los números indicaban que de un 17% de fracasos y 14% con máximas calificaciones, los números pasaron a 4% y 24% respectivamente.
En entrevista con Cromo, Victoria Grady, directora de audiencias para desarrolladores de Microsoft y jurado en la edición pasada de la Imagine Cup, dijo que "estaba orgullosa" de los estudiantes uruguayos, porque mostraron un proyecto muy bien elaborado y trabajado, además de hacerlo como equipo.
La competencia
Los competidores más fuertes para el equipo uruguayo son los de Japón y Bahrain. El proyecto nipón es por demás vistoso: se trata de un oso panda de peluche que imita los gestos que una persona hace a la cámara, usando el sensor de movimiento de la consola de videojuegos Xbox, Kinect. Su objetivo es crear una experiencia más personal entre gente que se encuentran lejos. Por ejemplo, unos abuelos hablando por videochat con su pequeño nieto, pueden saludar a sus computadoras y que el peluche lo haga en vivo para el niño.
Aunque el japonés resulta atractivo, su despliegue técnico y potencial de expansión no es tan impactante como el de las estudiantes de Bahrain. Su proyecto, llamado Butterfly, combina hardware y software con un toque femenino. Se trata de una aplicación en la cual es posible elegir un color específico de esmalte de uña en formato normal, mate o con brillos e imprimirlo en una máquina en menos de 50 segundos. Es tan impactante lo que propusieron estas jóvenes vistiendo hiyab (pañuelo en la cabeza que usan las islámicas) que el jurado hizo preguntas casi desconfiadas sobre el circuito incluido en el aparato o el lenguaje de programación de la app.
El desafío este jueves se traslada a las oficinas de Microsoft en Redmond, en los suburbios de Seattle. Allí cada uno de los 35 grupos de estudiantes tendrá un stand donde mostrarán a los jueces ese proyecto que el miércoles solo explicaron.
Este jueves entre las horas 14 y 15 (horario a confirmar), Cromo hará una salida en vivo desde el campus de Microsoft para El Observador TV, el nuevo canal online en vivo, que se lanza ese mismo día.
