Los CD y los DVD ya forman parte de los objetos olvidados en los cajones de los escritorios. Pero el peor destino que pueden tener es pasar a engrosar la
pila de desechos en un vertedero municipal.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista ACS Sustainable Chemistry & Engineering le da un nuevo propósito de vida: frenar la emisión de gases de efecto invernadero, los que contribuyen al calentamiento global.
Científicos polacos y estadounidenses desarrollaron una manera de convertir los discos en un material que puede capturar el dióxido de carbono y
otros compuestos. En concreto, se los procesa para generar carbón activado, un producto que se utiliza, por ejemplo, en la potabilización del agua.
Los discos que algún día almacenaron una película o música, también son capaces de absorber hidrógeno y benceno. El último es un compuesto cancerígeno utilizado en varios procesos industriales.
A los discos que son reciclados se les separan los metales (aluminio, oro, plata y níquel, entre otros) y las lacas de plástico, son limpiados, triturados y convertidos en plástico de alta calidad. Este pasa a formar parte de piezas de la industria de automóviles, equipamiento para la oficina, cajas y paneles de alarmas y material aislante para cables eléctricos, entre
otros usos.