La persona se adentra en el claro de bosque y, si se detiene unos minutos sobre el punto que se encuentra despejado, un árbol comienza a crecer. La tierra virtual da a luz a un árbol también virtual, es cuestión de un momento en el ciberespacio.
Así es como el proyecto
One man one tree (“Un hombre, un árbol”), del estudio de arte francés
Electronic Shadow, busca colaborar con el medioambiente: plantando el concepto en la conciencia de las personas.
Bosque de luces
Los 15 kilómetros de cable elástico que simulan un bosque de luz en 3D son parte de una de las exhibiciones de los artistas Mestaoui Naziha y Yacine Ait Kaci. Se trata de una instalación interactiva regida por los conceptos que el dúo artístico intenta transmitir: la belleza de la naturaleza, la inmersión en el imaginario, la relación entre lo material y lo inmaterial, se explica en el sitio del proyecto.
Sin embargo, de todos esos cables hay uno a tierra, porque la clave del proyecto no se encuentra en el hedonismo, sino en la acción concreta de plantar un árbol en la vida real.
Por eso, cuando el proceso simulado por el que crece un árbol culmina, se expide un “acta de nacimiento”, para que luego pueda hacerse un seguimiento. Y es que por cada árbol que se planta en la tierra cibernética, también se siembra uno en la tierra real de la Amazonia.
Conexión con la realidad
Es la asociación Apiwtxa, de nativos de esa región, la que realiza la tarea. Esta se encarga de replantar árboles en las áreas deforestadas y es el grupo NatureRights el que más tarde realiza el seguimiento y el progeso de los árboles de cada persona. Así, se lleva un registro real, que abarca hasta un año después de que la persona plantara la semilla.
Luego del show, el espectador sabe que la experiencia continúa y que su presencia conlleva una acción"
“Existe una conexión emocional y una historia que comienza con esta experiencia. Luego del show, el espectador sabe que este continúa y que su presencia conlleva una acción”, explicó al
sitio Co.Design la artista multimedia Ait Yaci.
De esta forma, el árbol virtual se convierte en el avatar de uno real. “Empezamos desde lo inmaterial hasta crear vida”, agregó la artista.
One man one tree busca probar que la vida virtual de los humanos tiene consecuencias tangibles y, en este caso, positivas. Así se concibe un bosque hecho por acciones concretas, a manos de voluntades reales.