La identificación dice "bailarín" y, efectivamente, hay una figura moviendo la cadera. Pero para lo que los usuarios de WhatsApp e iOS es una bailarina de flamenco, para los de Gmail y Google Hangouts es un gordito amarillo que parece un tanguero. Si bien los emojis están estandarizados por Unicode Consortium, hay un espacio libre de interpretación para las empresas. Y es ahí por donde se cuelan las diferencias por las que el "pelo rubio" puede ser de un hombre o de una mujer, incluso de una que parece más bien una pelirroja.
Cuando Unicode Consortium aprueba un nuevo lote de emojis, estipula que "la forma puede variar pero los diseñadores deben mantener el 'núcleo'" del símbolo. Desviarse demasiado lejos del dibujo "puede causar problemas de interoperabilidad" entre las plataformas.
Pero a los sistemas operativos, aplicaciones de mensajería y redes sociales les gusta modificarlos para reflejar su imagen corporativa, aunque eso signifique que los gestos sean diferentes –el alien de Facebook está triste y el de Google parece que está planeando una invasión– o sean interpretados como otra cosa –la caca de Twitter (en la red muchos aparecen si se utilizan determinados hashtags) se parece más a un helado de chocolate–.
Hay más de 840 emojis compatibles entre las distintas plataformas. El resto aparece como un cuadro en blanco en el servicio del destinatario. Esto ocurre hasta que Unicode aprueba los cambios.
Comparación de emojis
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