En esta charla TED internet se convierte en un escenario virtual para treinta cantantes de treinta países. Es que el compositor y director estadounidense
Eric Whitacre los dirige a través de Skype, y sus voces se suman a las de otro coro de 28 personas, que se halla sobre un escenario (en este caso, uno tangible).
Así, Whitacre demuestra que es posible llevar la tecnología "lo más lejos posible", y hacer que decenas de personas de diferentes países canten juntas en tiempo real, "con la ayuda de Skype".
Esta demostración no es la primera, sino que se inserta dentro del
Proyecto Coro Virtual, que el director y músico inició en 2010. Desde entonces, cada año se puede asistir a sus conciertos virtuales a través de YouTube, interpretados por una red de cantantes que se encuentran en la web desde sus "cuartos o salas de estar de sus casas".
El primer año, fueron 185 cantantes de 12 naciones. Luego, 2.052 videos grabados desde Skype contenían a la misma cantidad de personas cantando desde 58 países diferentes.
Hasta que en 2012, Whitacre loró reunir 3.746 cantantes en 73 países y consiguió el impactante efecto de un coro virtual multitudinario, que se puede ver
aquí.
Pero hasta este año, ninguno de esos coros había cantado en tiempo real. Ese desafío es el que Whitacre se plantea en esta demostración. "¿Podríamos tener a personas cantando juntas en tiempo real?", cuenta que se preguntó. Y la respuesta es que sí.
Whitacre explica que, a pesar de haber llevado la tecnología hasta sus últimos límites, todavía existía latencia (la suma de retrasos temporales dentro de la red). Aunque se trataba de un retraso de menos de un segundo, esa cantidad es "una eternidad en términos musicales". Por eso el director decidió adaptar la pieza -qué el mismo musicalizó- para que el coro cantara "dentro de esa latencia, en lugar de intentar cantar todos exactamente al mismo tiempo".
El resultado final es
Cloudburst (
Chaparrón), una pieza cantada por decenas de personas que, aunque no estén físicamente juntas, se encontraron en un único escenario gracias a internet, frente a un público real que aplaudió de pie cuando sonó la última nota.