Astrónomos de la
Agencia Espacial Europea (ESA) estudiaban una galaxia cuando avistaron una llamarada brillante de rayos X proveniente de otra ubicación. El origen de la emisión fue confirmado como NGC 4845, una galaxia donde nunca se habían detectado energías tan altas.
Se trataba del
despertar de un agujero negro para alimentarse de un objeto de masa baja cercano, según informó el martes la institución con sede en París. Los análisis corroboran que el agujero negro, con una masa semejante a 300.000 veces la del Sol, se quebró y se alimenta de objetos que tienen una masa de entre 14 y 30 veces la de Júpiter, correspondiente a una enana marrón.
El descubrimiento en la galaxia NGC 4845, a 47 millones de años luz de la Tierra, fue "completamente inesperado" según el profesor de la Universidad de Bialystok en Polonia y autor del artículo publicado en
Astronomy & Astrophysics, Marek Nikolajuk. "Esta galaxia ha estado tranquila durante al menos 20 o 30 años", agregó Nikolajuk.
El suceso fue observado durante 2011, según informó la ESA, que precisó que en el seguimiento participaron el Observatorio Integral Espacial, el XMM-Newton de la propia ESA, el Swift de la NASA y el monitor de rayos X japonés MAXI de la Estación Espacial Internacional.
Un evento similar se espera en el agujero negro del centro de la Vía Láctea, "tal vez este año", aseguró la ESA.
Pese a no haber enanas marrones en esa zona, en esta ocasión podría tratarse de una nube de gas compacto, que ya se ha observado cerca del agujero negro, agregó la agencia.