Un equipo de investigadores liderado por
Michael Nitabach, de la Facultad de Medicina de la Universidad Yale, encontró una toxina en una variedad de tarántula que es capaz de bloquear el TRPA1, según el sitio SciNews. Se trata de un canal en la superficie de las neuronas encargadas de sentir el dolor relacionado con la inflamación y los dolores neuropáticos.
Los investigadores de Yale señalaron que testearon las toxinas de la tarántula en solamente un canal de los doce de dolor que se sospecha que tiene el ser humano.
Este descubrimiento se realizó siguiendo el nuevo proceso de investigación llamado toxineering (“ingeniería de las toxinas”), que se centra en modificar el potencial de las toxinas de los
distintos tipos de arañas para fabricar calmantes y otras terapias de manera segura.
Durante la investigación, según el artículo, los científicos generaron una pequeña “biblioteca” de más de cien versiones mutadas de las toxinas de varios tipos de tarántulas. Entre todas estas toxinas, los investigadores identificaron un péptido residual en el veneno de la tarántula peruana verde aterciopelada. Esta bloquea el anteriormente mencionado TRPA1, pero no tiene ningún efecto en la actividad de otros canales neuronales.
“La belleza de este sistema es que también podemos realizar toxinas que no se encuentran en la naturaleza e identificar variables moleculares más específicas y potentes que carecen de efectos perjudiciales en las funciones nerviosas”, dijo Nitabach.
“La probabilidad es que, entre la vasta diversidad de toxinas de arañas, encontremos otras que son activas en otros canales importantes para el dolor”, agregó el líder del equipo, que planea seguir testeando miles de otras toxinas que tengan efectos similares.
Este no es el único
uso medicinal de veneno animal. Otros tipos de tarántulas ya se utilizan para tratar distrofias musculares, el veneno del escorpión amarillo se emplea para tratar el cáncer cerebral y el de otros tipos de escorpiones, para tratar la pancreatitis. Asimismo, el veneno de abeja se aplica para tratar el cáncer en general y el de la cobra para tratar algunos casos de artritis.