“Siggi” y Assange en Londres

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“Siggi”, el voluntario que traicionó a Julian Assange con el FBI

El islandés trabajó en WikiLeaks a los 17 años. En 2011 colaboró con el FBI pasando datos de la organización y ahora enfrenta cargos en su país de origen
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28 de junio de 2013 a las 05:00
Como casi todo lo que pasa dentro de la galaxia WikiLeaks en los últimos años, la cosa parece de película. Porque, ¿quién diría que dentro del proyecto de Julian Assange, el hombre que se hizo un nombre en el mundo de la internet y del periodismo al dar la cara tras las filtraciones de los documentos secretos de embajadas de Estados Unidos en el mundo, había un topo?

El topo en cuestión tiene nombre, incluso un apodo por el cual lo llamaban dentro de la propia WikiLeaks: Sigurdur “Siggi” Thordarson. El cargo de este islandés que comenzó a trabajar como voluntario para Wikileaks a los 17 años era algo más que cercano a Assange: “Siggi” era desde hace unos años el encargado de mediar entre la organización y los contactos que se acercaran a ella, entre ellos posibles fuentes, voluntarios u organizaciones afines a brindar financiamiento.

Los detalles de su vinculación con el FBI se conocieron a través de la revista Wired, que ayer publicó la noticia en su edición web. “Con su paso al estilo guerra fría, se convirtió en el primer informante del FBI conocido dentro de WikiLeaks”. Su vinculación con el buró de investigación comenzó en agosto de 2011. La relación duró tres meses en los cuales Thordarson trabajaba para Assange y al mismo tiempo servía al gobierno estadounidense, a través de la filtración de secretos de la organización por un precio total de US$ 5.000, según aseguró el propio “Siggi”. Fueron en total cuatro vuelos que realizó para informar al FBI. En uno de ellos, señala Wired, el islandés dejó ocho discos duros con archivos de conversaciones de chat, videos y otras informaciones acerca de WikiLeaks.
Esto es una señal de que el FBI ve a WikiLeaks como una posible organización criminal y no como una vinculada a las noticias”, señaló a Wired Stephen Aftergood, parte de un proyecto que estudia los secretos gubernamentales de la Federación de Científicos Americanos

Es otra noticia de fuerte efecto para la organización militante por la transparencia de la información en días en los que ha vuelto a cobrar relevancia por su apoyo total a Edward Snowden, el contratista del FBI que divulgó semanas atrás varias informaciones vinculadas a las actividades de espionaje del gobierno de Barack Obama. El presidente de Estados Unidos fue duramente criticado en estas semanas por una acusación que hasta entonces era más vinculable a gobiernos anteriores como el de George W. Bush.

“Esto es una señal de que el FBI ve a WikiLeaks como una posible organización criminal y no como una vinculada a las noticias”, señaló a Wired Stephen Aftergood, parte de un proyecto que estudia los secretos gubernamentales de la Federación de Científicos Americanos.

“WikiLeaks fue algo totalmente nuevo, entonces yo pienso que el FBI tenía que tomar una decisión en algún punto acerca de cómo evaluar lo que pasa con WikiLeaks. ¿Es el New York Times o es algo más que eso? Parece ser que decidieron que es algo más”, explicó el experto.

El artículo explica que, en su posición, “Siggi” era una piedra angular en proyectos clave para la organización, como por ejemplo el fondo para la defensa de Bradley Manning, para el que se aportaron US$ 15 mil. Además, estuvo involucrado en la contratación y el adiestramiento de otros contactos que ejecutaron acciones como rediseñar WikiLeaks y filmar homenajes en video para el propio Assange.

Otros contactos de “Siggi” que siguen siendo un misterio son, por ejemplo, su relación con la banda de hackers Lulzsec, a los que contactó para que hackearan servidores del gobierno islandés como servicio a WikiLeaks.

Para mostrar sus credenciales como integrante, les envió un video por celular en el que puede verse a Assange trabajando con un asociado. Las razones por las que pidió tal servicio no pudieron saberse todavía.

Entre todo eso, “Siggi”, del que ya en un momento sospechaban varios integrantes de WikiLeaks a pesar de la total confianza de Assange, fue despedido de la organización en noviembre de 2011, cuando se descubrió que tenía una tienda virtual de camisetas de WikiLeaks por las cuales, según se afirmó desde allí, obtuvo unos US$ 50 mil de ganancia.

Thordarson, a quien se lo ha caracterizado como un mentiroso desde dentro de WikiLeaks y que incluso reconoció haber mentido al propio periodista de Wired, tiene ahora 20 años y enfrenta algunos cargos, la mayoría desde el gobierno de su Islandia natal. Su vinculación con el FBI cesó tras algunos encuentros posteriores a su renuncia a WikiLeaks. Tras la entrega de los discos duros, el buró dejó de contactarse con él y es en este momento en que se discute si su cooperación con el FBI está ajustada a legalidad.

Además, por el tema de la venta de camisetas pesa una denuncia policial que la organización presentó en su contra. Así surge otro personaje en una saga de espionajes e informaciones cuya intrahistoria, más allá de sus logros y polémicas, ya merece un destino de cine.

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