Los siete robots bailan la coreografía al unísono, hasta que uno de ellos es apartado del grupo. Una vez que lo devuelven, automáticamente se comunica con el resto de los robots, que aminoran la marcha para que este pueda retomar la coreografía. Y continúan danzando de forma sincronizada el clásico de Michael Jackson
Thriller.
La situación es generada por Aldebaran Robitcs y el equipo de Nonlinear System Laboratory del
Massachusetts Institute of Technology (MIT), que buscan demostrar cómo funciona el sistema de comunicación y autosincronización de robots Nao en el que trabajan.
Basado en el proceso de detección de quórum, el mecanismo permite que los robots se envíen y reciban información entre ellos para sincronizar su comportamiento. Así, logran hacer todos la misma acción al mismo tiempo.
La coreografía de
Thriller es solo un ejemplo de las aplicaciones que esta tecnología puede llegar a tener, que incluyen actividades en el área de construcción o de fábrica, en donde un grupo de robots trabajan sincronizados y son capaces de recibir un nuevo “compañero” de trabajo, integrándolo de inmediato.