Cada mes, los consumidores de Estados Unidos gastan US$ 30 en libros electrónicos y archivos de MP3. Son unos US$ 360 al año, según la firma de comercio electrónicos Bango. A su vez, Apple ha vendido 300 millones de iPod y 84 millones de iPad desde que lanzó estos productos a la venta, y se calcula que Amazon acapara un cuarto del mercado estadounidense de tabletas con su Kindle Fire.
Sin embargo, cuando la persona que compró estos productos digitales fallece, sus libros electrónicos, archivos de música y películas naufragan en una laguna del derecho.
Es que, hasta la fecha, es demasiado complicado que los herederos del fallecido puedan adueñarse de los bienes digitales de su ser querido.
Sobre todo porque “la ley está a años luz de acompasar los tipos de posesiones que se tienen en el siglo XXI”, dijo al
blog de SmartMoney Deirdre Wheatley-Liss, un abogado especializado en herencias de la firma Fein, Duch, Kahn & Shepard, en Nueva Jersey.
Licencia, no propiedad
Una de las razones por las cuales es tan complejo heredar un archivo de MP3 o un libro electrónico como si fuera cualquier propiedad es que el contenido digital no goza de los mismos derechos que tienen los discos ni los libros impresos.
En pocas palabras, los usuarios tienen una licencia para usar archivos digitales, pero no son los dueños de ellos, explica SmartMoney, que se dedica a analizar el comportamiento de distintas empresas.
Así, tanto Apple como Amazon garantizan derechos “intransferibles” para usar los contenidos. Es decir que, por ejemplo, si uno compra la obra completa de un grupo de música online, no podría repartir los temas entre sus hijos, aunque su testimonio así lo indique.
Mientras que Apple
limita el uso de archivos digitales a los dispositivos empleados por el dueño de la cuenta de iTunes, Amazon establece que
el usuario “no adquiere ningún derecho de propiedad en el software o contenido musical”.
Soluciones en camino
Hoy en día existen escasas formas legales y prácticas de heredar
e-books y música digital, dijeron expertos a SmartMoney. Entre ellos, el abogado estadounidense David Goldman es uno de los pocos que tiene un plan para aplicar dentro de lo que ve como un mercado en ascenso.
Se trata de
DapTrust, un software que Goldman lanzará pronto y con el que espera ayudar a los profesionales que se encargan de las sucesiones de las cuentas online de sus clientes.
DapTrust costará US$ 150 y será, básicamente, una base de datos para manejar cuentas digitales y contraseñas. Si bien en el mercado existen ofertas similares, como
AssetLock y
ExcecutorSourse, Goldman dijo a SmartMoney que su software contiene instrucciones específicas para crear un fideicomiso legal para las cuentas. “Tener acceso a contenido digital y tener acceso al derecho legal de usarlo son dos cosas completamente distintas”, sostuvo el abogado.
Funcione o no la idea de Goldman, los expertos coinciden en que es necesario reformar y actualizar las normas que regulan los derechos de propiedad intelectual.
Primeros pasos
Si bien en los últimos años Rhode Island, Indiana, Oklahoma y Idazo han contemplado leyes para que los parientes y herederos puedan tener acceso a las direcciones de correo y redes sociales de las personas fallecidas, estas no cubren los archivos digitales comprados por el difunto.