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¿Qué hizo Yahoo para caer del podio de los gigantes tecnológicos?

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28 de enero de 2017 a las 05:00
En la película Frequency, estrenada en el año 2000, padre e hijo se comunican por radio durante una inusual actividad de aurora boreal a pesar de que los separan 30 años. A lo largo de la historia, el hijo (ya adulto) le dice a su amigo de la infancia: "Quiero que recuerdes esta palabra, ¿ok? Es como una palabra en código: Yahoo. ¿Puedes recordar eso?" Su amigo lo hace y, al invertir en Yahoo, se convierte en millonario. En el año 2000 la empresa alcanzaba su valor máximo histórico: US$ 118,75 por acción. Entonces Yahoo era casi el dueño de internet. Pero los años pasaron y el rey fue destronado.

La era dorada

La empresa nació como mandan los cánones del universo tecnológico estadounidense: en la habitación de dos universitarios. Jerry Yang y David Filo, de la Universidad de Stanford, crearon en 1994 un portal que permitía catalogar y buscar sitios web. Se llamaba Jerry and David's guide to the World Wide Web.

"Intentamos rescatar las cosas divertidas de la red como la 'cámara del inodoro', una página que supuestamente graba un inodoro normal y corriente y suma miles de visitas cada día"; así describió Yang su creación en 1995. La herramienta pronto se volvió muy popular en el ámbito universitario. Además, no tenía competencia real.

Más tarde, aquel título largo se acortó a Yahoo, un término heredado de las pequeñas criaturas homónimas de Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Después, para darle cierto sentido a la palabra, sus creadores le pusieron un acrónimo impronunciable: Yet Another Hierarchical Officious Oracle (Otro oráculo jerárquico oficioso).

A finales de 1994, el directorio ya superaba las 100 mil visitas diarias. En 1995, se creó el dominio yahoo.com y Yang y Filo consiguieron que una empresa de capital de riesgo invirtiera US$ 1 millón, lo que los llevó a probar suerte con varios servicios: Yahoo Mail, área de juegos, compraron GeoCities (servicio de hosting gratuito), Yahoo Groups, Yahoo Messenger, entre otros. El éxito pasó a ser global. Yahoo se convirtió rápidamente en "el" buscador de una web casi recién parida. En 1996, Alta Vista y Excite le hicieron algo de competencia, pero nunca llegaron a desafiar a Yahoo. El problema llegó cuando su éxito le empezó a jugar en contra.

El fracaso del buscador

El buscador de Yahoo pronto se convirtió en una molestia para los usuarios. Se había convertido en un mero soporte para banners publicitarios. En 1998, un tal Google estaba desarrollando un algoritmo de búsqueda superior (y sin publicidad). Yang y Filo desoyeron la advertencia y decidieron que su buscador enlazaría a Google cuando no encontrara un resultado mejor para ofrecer, en vez de mejorarlo; además se negaron a comprar por US$ 1 millón a esta empresa que iba a ser el principio de su fin.

La última oportunidad de enmendar este error llegó en 2002. Yahoo ofreció US$ 3.000 millones por Google. Larry Page y Sergey Brin, sus inventores y propietarios, no aceptaron menos de US$ 5.000 millones y Yahoo decidió no subir la apuesta. Así, Google, y no Yahoo, se convirtió en sinónimo de buscar algo en internet (aunque no se use Google). Fue Google, y no Yahoo, la empresa que se transformó en una de las compañías tecnológicas más valiosas del mundo, que vale algo así como US$ 420.000 millones. Este mes, Verizon compró a Yahoo a precio de saldo: US$ 4.800 millones (aunque la venta efectiva de activos se postergará por unos meses). Alguna vez llegó a valer US$ 125.000 millones.

¿Por qué el éxito de Google y la decadencia de Yahoo? Google se centró en la tecnología: desarrolló un algoritmo sofisticado que explora la red en busca de contenido, lo que permitió responder con más facilidad a los requerimientos de los usuarios de un internet en pleno crecimiento. En Yahoo, en cambio, se revisaban a mano las solicitudes de páginas que querían ser parte del índice.

"Google acumuló un gran conocimiento de la tecnología de búsqueda automatizada y Yahoo intentó seguir usando seres humanos para catalogar la web", explicó Danny Sullivan, de la página web Search Engine Land. Y agregó: "Cuando Yahoo trató de cambiar de rumbo, Google se había afianzado como el principal motor de búsqueda". Yahoo fue el alimento de un gigante.

La cosa no quedó ahí. En 2007 Google compró DoubleClick, una startup de gestión de publicidad que hizo que su buscador (que ya era mucho mejor que Yahoo) se quedara con este lucrativo negocio. Por cierto, Yahoo también tuvo la opción de comprar DoubleClick unos años antes, pero decidió no hacerlo. De esta forma fracasó en los dos terrenos que le habían dado todo: el buscador y la publicidad online.

Claro que la empresa no llegó a su peor momento sin dar algún manotazo de ahogado. Primero compró dos empresas de tecnología de búsqueda: Inktomi (diciembre de 2002) y Overture (julio de 2003). Luego intentó integrarlas en un proyecto que se dio por perdido en 2007. Steve Mitgang, vicepresidente de Yahoo por aquel entonces, describió a la revista Wired lo que habían intentado: "Cambiar los motores de un avión en mitad del vuelo sin que los pasajeros se dieran cuenta". Mientras eso ocurría, Google cerró acuerdos con Dell y Firefox para aparecer por defecto en computadoras y navegadores.

En 2009 Yahoo firmó un acuerdo con Microsoft para que Bing fuese su motor de búsqueda y en 2015 hizo lo mismo con Google (sí, otra vez). Actualmente, ambos acuerdos están vigentes y el usuario no percibe con cuál se hizo la búsqueda. Según la firma comScore, Yahoo cubría el 12,7% del mercado de los buscadores en EEUU en 2016, mientras que Google alcanzaba el 64%.

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El fracaso del correo

El que no conoció a Yahoo por su buscador lo hizo por su correo electrónico. En pleno auge, fue una de las compañías que mejor supo posicionar sus servicios de mail. Pero eso tampoco terminó bien. Yahoo Mail cuenta hoy con unas 280 millones de cuentas abiertas. La cifra es digna, es verdad, pero es poco para quien supo dominar el sector. Gmail, el servicio de su enemigo, tiene más de 1.000 millones de usuarios; mientras que Outlook, entre 400 y 500 millones.

Y, lo que es peor, ¿quién confía hoy en Yahoo Mail? En 2016, la empresa reconoció haber sufrido dos ataques informáticos. Entre 2013 y 2014 se vieron afectadas más de 1,5 millones de cuentas. Juntos constituyen el mayor hackeo registrado contra una empresa. Según Yahoo, el primero fue "patrocinado por un Estado", una teoría rechazada por algunos analistas.

Entre la información robada había nombres, direcciones de correo electrónico, números de teléfono, fechas de cumpleaños y, en algunos casos, preguntas de seguridad, encriptadas o sin encriptar; no se incluyeron datos bancarios o contraseñas recompuestas, según Yahoo.

El fracaso de las redes sociales

Se podría decir que a Yahoo le hicieron un gualicho. Todos los grandes servicios o plataformas que compró acabaron naufragando por su mala ejecución. En 2005 compró Flickr, la que por entonces era la mayor red social de fotografía y, si bien todavía goza de popularidad –es el mayor banco de imágenes con licencia Creative Commons–, no le hace cosquillas a Instagram. Flickr tiene unos 100 millones de usuarios activos y la app de Facebook más de 600 millones.

Un caso similiar es el de Tumblr, una plataforma de microblogging. Con ambas Yahoo pretendía comerse a Facebook, pero fue esta la que terminó fagocitando a Yahoo. ¿Otra ironía? En 2006 la empresa tuvo la oportunidad de comprar la red social de Mark Zuckerberg por US$ 1.000 millones. De nuevo, no lo hizo. Hoy Facebook está valorada en más de US$ 300.000 millones.

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Las consecuencias

Entonces, ¿está Yahoo definitivamente hundida? En gran parte sí, pero aún quedan tablas para que algunos pasajeros se salven del naufragio. La compañía es propietaria del 15% del gigante chino del comercio electrónico Alibaba, una porción valorada en US$ 32.000 millones y que no ha sido incluida en la venta a Verizon. Tampoco se sumó la venta de Yahoo Japón, cuyo valor rondaría los US$ 8.000 millones. Pero el resto de lo que se conocía como Yahoo (el corazón del negocio: la publicidad, las páginas web, las apps móviles y el servicio de correo electrónico) pasará a llamarse Altaba.

Es un final triste. Yahoo no se convirtió en el gran buscador de internet, algo que sí consiguió Google. Tampoco supo subirse a la oportunidad de las redes sociales ni fue capaz de capitalizar las ventajas de la movilidad y el video. La historia de Yahoo es la de un sobreviviente de la primera edad dorada de internet, pero también es la de una compañía que sufrió las consecuencias de no haberse subido a los trenes tecnológicos que pasaron por su puerta.


Marissa Mayer: ilusión vacía

En 2012 una Yahoo sin rumbo depositó sus esperanzas en Marissa Mayer, una conocida ejecutiva de Google. La directiva intentó sacudir los cimientos de Yahoo y recuperar su condición de empresa tecnológica y para eso se centró en mejorar productos de la compañía, invirtió en el ámbito de la movilidad y las búsquedas y gastó más de US$ 2.000 millones en la compra de medio centenar de empresas. Pero no tuvo éxito. Mayer no seguirá en el directorio luego de la venta a Verizon.

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