Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa de viaje, la efervescencia sigue altísima en el ambiente político de ese país debido a la crisis política en la que su gobierno está sumido por las probables investigaciones. El exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca Michael Flynn no aceptó una citación del Senado para presentar documentación sobre sus vínculos con Rusia, y apelará a su derecho constitucional de guardar silencio para no autoincriminarse, dijo este lunes su abogado Robert Kelner.
Kelner aseguró que esa convocatoria del Senado llega "en medio de una indignante serie de acusaciones" que "alimentan la creciente histeria pública" contra el exasesor de Trump.
Flynn, que renunció a su cargo a mediados de febrero, debe enfrentar además las acusaciones de un legislador demócrata de alto nivel, quien lo denuncia por haber engañado al Pentágono sobre sus contactos con Rusia hace más de un año.
Elijah Cummings, quien forma parte del Comité de Vigilancia de la Cámara de Representantes, dijo que Flynn no informó a los investigadores del Pentágono sobre pagos que recibió de organizaciones rusas ni sobre su encuentro con el presidente ruso Vladímir Putin durante una gala en Moscú.
Citando documentos internos del Pentágono, Cummings dijo que "parecen indicar que el general Flynn mintió a los investigadores que lo interrogaron en 2016 como parte de los trámites para la renovación de sus autorizaciones de seguridad".
Esta acusación intensificó la presión sobre Flynn, el exasesor de seguridad nacional que se ha convertido en un objetivo en la investigación sobre las relaciones del comité de campaña de Trump con Rusia y la supuesta interferencia de este país en las elecciones presidenciales del pasado noviembre.
En una carta al comité de Inteligencia del Senado para explicar su decisión de no acudir a la convocatoria del Senado, Kelner dijo que Flynn invocaría su derecho constitucional a no autoincriminarse.
"Cualquier testimonio que ofrezca podrá ser utilizado en su contra", explicó Kelner. "Él está siendo objeto de acusaciones indignantes, frecuentemente atribuidas a fuentes anónimas en el Congreso o en otras partes del gobierno estadounidense".
La decisión de no presentarse ante el Senado hace que Flynn se arriesgue a ser acusado de desacato, pero en una declaración conjunta de Richard Burr, presidente de la Comisión de Asuntos de Inteligencia de la Cámara Alta, y el vicepresidente Mark Warner, expresaron tan solo estar "decepcionados" con la decisión de Flynn.
Flynn, exjefe de inteligencia militar que se unió a la administración del presidente Donald Trump, debió renunciar a solo unas a semanas de asumir el cargo de asesor de Seguridad Nacional y es una figura clave en las varias investigaciones sobre la presunta injerencia rusa en la campaña electoral.
Los investigadores analizan un viaje de Flynn pagado por Moscú para asistir a una cena de gala en 2015, en la que se sentó con Putin, y sus múltiples comunicaciones con el embajador de Rusia en Estados Unidos en el mes de diciembre, después de la elección.
De cumplir con la convocatoria del Senado, Flynn se arriesgaba a perder el derecho a acogerse a la Quinta Enmienda si era obligado a testificar en alguna de las investigaciones. Finalmente, se aferró a la enmienda, que tiene una larga historia vinculada a Trump.
Según el Washington Post, Trump utilizó la Enmienda en los años noventa para no responder a 97 preguntas en un juicio de divorcio. Sin embargo, el año pasado criticó a Hillary Clinton ante la polémica por sus correos filtrados diciendo que "solo los mafiosos se aferran a la Quinta Enmienda". En los años noventa, también, sugirió que Bill Clinton se aferrara a esa enmienda para no responder preguntas sobre la polémica con Monica Lewinsky. En aquellas épocas, Trump era donante y amigo de los Clinton.
Básicamente, la Quinta Enmienda es parte de la Carta de Derechos y cubre una gran cantidad de situaciones, entre ellas una serie de garantías legales para ciudadanos. En este caso Flynn la está usando en su faceta de protección hacia cualquier ciudadano que esté "forzado en cualquier caso penal a ser un testigo contra sí mismo".
La enmienda también alcanza a la potencialidad de que los documentos puedan culpar a la propia persona, lo que le cae perfecto a Flynn, más allá del manto de dudas que se ciñen sobre su persona y su actividad. La enmienda no provee excepciones, incluso si se trata de una investigación política, y el gobierno no puede forzar a nadie a entregar documentos.
Tiempo atrás, Trump dijo durante la campaña sobre Clinton: "Si una persona es inocente, ¿por qué habría de invocar la Quinta Enmienda?" Una vez más, las palabras del ahora presidente vuelven del pasado para ir en su contra.
Volviendo a Flynn, Kelner ya había afirmado en marzo que el retirado teniente general podría no testificar sin "garantías contra un proceso injusto", incrementando la especulación de que estaría buscando un acuerdo de inmunidad.
"Ciertamente, Flynn tiene una historia que contar y quiere de verdad decirlo, si las circunstancias lo permiten", dijo Kelner en esa declaración del 30 de marzo.
"Ninguna persona razonable, que cuente con el beneficio de asesoramiento de un abogado, se sometería a preguntas formuladas en un ambiente tan politizado en el que hay una caza de brujas, sin asegurarse de tener garantías contra una acción legal", explicó.
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