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¿Por qué los niños son más competitivos que las niñas?

Según expertos, el hecho de que los varones tiendan a jugar en grupo para ganar (a diferencia de las niñas, que juegan de a pares) podría ser una de las razones
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17 de mayo de 2013 a las 16:54
Mientras las niñas tienden a jugar formando pares, los niños se organizan en grupos, y el juego en equipo alimenta el espíritu competitivo. Esa podría ser una de las respuestas posibles a la pregunta de por qué los varones son más competitivos que las chicas, según Ashley Merryman, coautora del libro Mandamás: la ciencia de perder y ganar (Top dog: the science of winnning and losing) junto con Po Bronson.

Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? ¿Por qué jugar en grupo vuelve a los niños más agresivos?
En estudios observados en el laboratorio, los niños de entre seis y ocho años pasaron del 70 al 80 por ciento del tiempo jugando en grupos, explicó Merryman

La bióloga evolucionista de Harvard, Joyce Benenson, especula que el instinto de los hombres a alinearse en grupos está presente a lo largo de toda la historia de la humanidad. Los hombres cazaban en grupos, y por eso debían aprender a agruparse rápidamente, y esta cualidad fue supuestamente la que los condujo por la selección natural (tal vez te atrapara un león si no te unías a un grupo). Se esté de acuerdo o no con esto, Merryman y Bronson citan un estudio de Benenson de 2004 que muestra cómo infantes masculinos de seis meses prefieren las fotografías de grupos antes de aquellas en las que aparecen pares de individuos. Las bebés niñas no muestran preferencia.

En el estudio de Benenson con niños mayores, las diferencias son contundentes, explicó Merryman. "En estudios observados en el laboratorio, los niños de entre seis y ocho años pasaron del 70 al 80 por ciento del tiempo jugando en grupos", mientras que las niñas pasaron menos del 20 por ciento del tiempo en grupo.

Los niños estaban tan desesperados por armar un grupo que "cuando los investigadores pusieron a un par de ellos en una habitación y los forzaron a hablar entre sí, terminaron hablando de cómo sería tener un grupo de niños allí". Por el contrario, "las niñas en un grupo se mirarán entre ellas e intentarán encontrar una sola amiga".

Relevancia


Entonces, ¿por qué esto es importante? Porque la experiencia de los hombres en grupos podría ser no solo la razón por la que compiten más de adultos, sino también por la que se preocupan menos acerca del resultado de la competición, argumentan Merryman y Bronson en su libro.

"Los grupos raramente son una colección de verdaderos iguales. Se espera que, dentro de un grupo, las personas tengan distintas experiencias, habilidades, recursos. Esa es, usualmente, la mayor fortaleza de un grupo. Por lo tanto, mientras todos se hayan alineado al propósito superior del equipo, sus miembros no necesitan ajustarse de otras formas... Los ocasionales desafíos a la jerarquía del grupo pueden ser bienvenidos, ya que fuerzan a todos a mejorar con el tiempo".
Los grupos raramente son una colección de verdaderos iguales. Se espera que, dentro de un grupo, las personas tengan distintas experiencias, habilidades, recurso", explican Merryman y Bronson

Además, el estilo natural de comunicación de los grupos es la firmeza: es encesario manifestarse para ser escuchado por sobre el ruido de unos cuantos. No así con las parejas.

El estilo natural de comunicación de los pares es "un intercambio mutuo de sentimientos", dicen Merryman y Bronson. "En una conversación entre dos personas, incluso una diferencia mínima de opinión puede ser percibida como una amenaza". Porque las mujeres son socializadas desde sus primeras interacciones para tener este estilo de desprecio propio en los intercambios, no es de extrañarse que tengan problemas haciéndose escuchar en la oficina.

Las miradas esencialistas sobre cómo se comportan los niños son engañosas, y es posible que los más pequeños sigan un conjunto de reglas más fluido de lo que los investigadores sugieren. Aún así, luego de leer Mandamás: la ciencia de perder y ganar dan ganas de anotar a las hijas para que jueguen al fútbol o a alguna otra actividad que implique competir de más de a dos.

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