Por los caminos de otro Uruguay

Corría el año 1815 y en la Banda Oriental estaban las cosas más complicadas que de costumbre. La Revolución Oriental estaba en pleno desarrollo, pero una serie de maniobras políticas en el Cabildo de Montevideo, y algunas directrices impartidas por José Artigas desde Paysandú que no se acataron por ese organismo gubernamental, caldearon los ánimos del jefe de los orientales y pusieron en peligro, momentáneamente, la revolución.

En ese escenario, con Artigas molesto en la otra punta del territorio, aparece el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, escritor y principal protagonista del Diario del viaje de Montevideo a Paysandú, libro que la Universidad de la República volvió a editar en una edición que se incluye dentro de los Clásicos Universitarios. Larrañaga, junto con un grupo de acompañantes entre los que se encuentran el hacendado y comerciante Antolín Reyna y el sacerdote José Benito Lamas, comienza entonces su viaje hacia Paysandú representando al Cabildo, que pretende restaurar las relaciones con Artigas y así continuar con el proyecto iniciado en 1811.

Para la historiadora Ana Frega, que colaboró en la nueva edición, la pieza escrita por Larrañaga no solo es importante por lo clave que fue su misión para el proceso revolucionario, sino también por la multiplicidad de lecturas que el diario ofrece, dado que en las páginas del sacerdote se pueden encontrar reflexiones religiosas, artísticas, botánicas, además de anotaciones políticas y económicas. "Larrañaga relata días que definieron la política y la revolución. Es una pieza que era bueno volver a reeditar", explicó la historiadora.

Esta nueva edición, que incluye un prefacio del rector de la Udelar Roberto Markarian y un prólogo de Frega que sitúa al lector en los sucesos previos al viaje, es la segunda vez que la Universidad publica los documentos luego de que en 1967 se editara por primera vez.

El texto de Larrañaga es muy breve y, por su condición de diario de viaje, se lee muy rápidamente. El autor va segmentando capítulos a medida que su comitiva va pasando por poblados que en aquellos momentos tenían muy pocos habitantes, pero que con el tiempo se fueron convirtiendo en ciudades como Canelones, Mercedes o Paysandú.

Así como Larrañaga describe los ranchos de barro, la falta de comodidades y los alimentos que allí se cultivan y consumen, denuncia también problemas sanitarios propios de la campaña de aquellas épocas, como por ejemplo una propagación de rabia entre los perros. "Nuestro mayor cuidado en medio de tantas incomodidades era atar bien los cueros que servían de parapeto, ya no tanto por el frío cuanto por temor de los perros rabiosos de que, para nuestra desgracia, hay muchos en esta campaña", escribe en un capítulo el sacerdote.

También es rescatable el retrato que hace de Artigas, por ejemplo, una de las descripciones más famosas que se conocen del prócer: En nada parecía un general; (...) Es un hombre de una estatura regular y robusta, de color bastante blanco, de muy buenas facciones, con la nariz algo aguileña; pelo negro y con pocas canas; aparenta tener unos cuarenta y ocho años. Su conversación tiene atractivo; habla quedo y pausado".

Además, el libro viene acompañado del mapa de ruta que la comitiva siguió por el territorio nacional , así como ilustraciones propias de Larrañaga de animales, aves y plantas, y una réplica del manuscrito de la primera página del diario.