El esperado
Moto X es el
último intento de Motorola de entrar en un mercado de los smartphones, dominado por Apple y Samsung. Se trata del primer dispositivo representativo del fabricante de móviles desde que Google compró la compañía en 2012 y, si bien se destaca en un mercado saturado, no acabará con el iPhone.
Las críticas publicadas en los diarios Wall Street Journal (WSJ) y New York Times (NYT) a última hora del martes elogiaron los colores y materiales adaptables del teléfono, pero indicaron que en otros rasgos no suponía un gran cambio.
Walter Mossberg
escribió en el WSJ que "Moto X es un teléfono innovador, no revolucionario. Pero podría apuntar a un futuro más revolucionario".
Moto X es un teléfono innovador, no revolucionario. Pero podría apuntar a un futuro más revolucionario", dijo el crítico del WSJ
Mossberg subrayó que a diferencia de otros teléfonos, el
Moto X está siempre atento para recibir una orden por voz sin la necesidad de activar un comando. "Pero no diría que el Moto X sea un cambio realmente innovador, como lo fue el iPhone original en 2007", escribió.
Katherine Boehret escribió
en otra crítica en el WSJ que el "Moto X destaca en un mar de teléfonos similares", alabando las opciones de personalización del teléfono.
En el NYT,
David Pogue destacó la forma en que el Moto X detecta que el usuario está en movimiento cuando va conduciendo. "Empieza a leer los mensajes nuevos de texto en voz alta, redireccionando las llamadas a través del altavoz", dijo Pogue.
Motorola, cuya fracción del mercado de telefonía móvil ha caído a menos del 2%, apuesta por poder ganar consumidores ofreciendo una amplia paleta de
colores para personalizar el teléfono, así como materiales no habituales como madera. La belleza de un teléfono único es importante, pero no perece ser suficiente.