A pesar de ser más duro que el diamante, el grafeno tiene la flexibilidad del caucho y una conductividad eléctrica mayor a la del cobre. Ultradelgado y súper resistente, desde su descubrimiento en 2004 este material se ha convertido en el nuevo niño mimado del mundo tecnológico y electrónico, donde se espera que sustituya al silicio en un futuro no muy lejano.
Pantallas que se doblan como si fueran de goma, baterías optimizadas y diseños de dispositivos inimaginables son algunas de las posibilidades que las empresas de todo el mundo vislumbran gracias al grafeno, responsable de una renovada fiebre de patentes.
Según recoge el diario argentino
La Nación, este material de múltiples usos podría conducir a una nueva revolución industrial, que ya comenzó a sacudir el mercado de registros de patentes. La compañía surcoreana Samsung lidera la movida en torno al grafeno y sus promesas: a principios de mes presentó un prototipo de pantalla flexible con una tecnología a la que llamó Youm, en el marco de la
Feria Internacional de Electrónica de Consumo (CES), en Las Vegas.
De hecho, según datos de la
consultora CambridgeIP, la surcoreana es dueña de la mayor cantidad de patentes, con 407 registradas.
Las patentes son condición infaltable para extraer del grafeno un provecho económico además de tecnológico, y en esa tarea están inmersos los países. Según la consultora con sede en Reino Unido, durante el año pasado se registraron 7.351 patentes de grafeno y aplicaciones vinculadas a él. China y Estados Unidos encabezan la carrera, con 2.200 y 1.754 registros respectivamente.
Casi una década
Fue en 2004 que los científicos rusos Andre Geim y Konstantin Novoselov iniciaron los estudios sobre el grafeno, un trabajo que les valió el premio Nobel de Física en 2010. Constituido por una única capa de átomos de carbono, el grafeno hacía su presentación en el mundo como el material más fino jamás creado, señala La Nación.
No obstante, para el profesor Geim las empresas de occidente se equivocan en la forma en que impulsan sus investigaciones al respecto: "La industria está preocupada no en lo que se puede hacer, sino en lo que hace la competencia; temen quedarse al margen de la próxima revolución".