Acá vengo a desafiar la locura mundialista, a ver si me das permiso para hablar de algún otro tema que no sea fútbol, aunque claro que el fútbol también estará por acá porque, Uruguay nomá! En estos días he pensado bastante en las tradiciones, en el valor de heredarlas (al menos, algunas), en el sentido de comunidad y de identidad que nos acercan y que tanto necesitamos en estos tiempos. A veces castigamos a las tradiciones porque las asociamos con la nostalgia -para mí inútil- de tiempos pasados, que suele inmovilizarnos más que inspirarnos. Las tradiciones rescatadas, sin embargo, son tesoros que pueden entusiasmarnos a retomarlas o incluso a innovar a partir de ellas.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá