El diario británico The Telegraph informó el pasado jueves que la International Football Board Association (IFAB), entidad que controla el reglamento del fútbol, se había planteado la posibilidad de introducir la tarjeta azul en el fútbol, una nueva sanción, que constaría que quien la reciba, deba permanecer “expulsado” del campo de juego durante 10 minutos.
La intención es reducir la cantidad de protestas que reciben los árbitros por parte de los protagonistas.
Peñarol y Nacional firmaron un contrato para jugar un torneo llamado Uruguay 96 que tendría cuatro clásicos en el interior del país, dos en el norte y otros dos en el sur.
Era pleno 1996 y a los carboneros los dirigía Jorge Fossati, luego de que Gregorio Pérez fuera tricampeón uruguayo en 1993, 1994 y 1995, y se fuera a dirigir a Cagliari de Italia.
En tanto, el técnico de los tricolores era Miguel Ángel Puppo.
Peñarol venía de una gran fase de grupos de la Copa Libertadores, aunque luego recibió el cimbronazo en Montevideo, 5-1 contra San Lorenzo de Almagro de local en el Centenario. Nacional, por su parte, no había clasificado al máximo torneo continental de clubes.
Los mirasoles habían ganado el Torneo Apertura muy ajustadamente sobre Defensor Sporting y Nacional, y ya había comenzado el Clausura que ganarían los albos, al igual que la Tabla Anual, aunque sería Peñarol el que lograría el tetracampeonato uruguayo.
El 25 de agosto, fecha patria, se jugó el primero de los clásicos de la Copa Uruguay 96, que finalmente no disputaría los dos partidos por la zona sur.
La idea era llevar estos encuentros a los estadios en que se había jugado la Copa América del año anterior que había ganado Uruguay. Hacia un año que se habían reinaugurado.
Aquella fecha patria se jugó en el Estadio Artigas de Paysandú bajo una fuerte lluvia. Luis Romero pasó a saludar a sus compañeros de Peñarol, ya que se iba a jugar a Cagliari de Italia con Gregorio Pérez.
Para darle más condimento y emoción a los clásicos, se inventaron tres reglas nuevas: la tarjeta azul, para que quien la recibiera, debía permanecer 10 minutos fuera del campo de juego, y en caso de que los partidos terminaran igualados, en vez de definición por penales, habría shot gol, algo que se había implementado en el fútbol de Estados Unidos por aquellos tiempos.
¿En qué consistía? Cinco jugadores por cada equipo y por turnos, llevarían la pelota solos, sin marca, hasta el arco de enfrente, con un tiempo límite de ocho segundos para definir ante el arquero rival.
La tercera era que se podían realizar más variantes que de costumbre.
El partido comenzó siendo friccionado, tal como acostumbran los clásicos entre los grandes de este país.
En determinado momento, el árbitro Julio Matto, se cansó de tantas faltas cometidas por Robert “Bola” Lima y sorprendió a todos: le mostró la tarjeta azul que era la innovación de esa copa.
“Me acuerdo que se la mostré al Bola Lima. Fue por reiteración de faltas que se la saqué. Recuerdo el episodio también porque protestó mucho”, dijo Julio Matto consultado para este informe por Referí.
Héctor Bonora y Daniel Lambach fueron quienes lo acompañaron aquella lluviosa tarde como asistentes.
Más allá de la lluvia, el Estadio Artigas estaba a pleno, con hinchadas de ambos equipos.
Peñarol formó con Sergio Martínez; Nelson Gutiérrez; Marcelo De Souza, Robert Lima; Washington Tais, Nicolás Rotundo, Gustavo Rehermann, Carlos Soca; Pablo Bengoechea; Andreé González y Heberley Sosa.
Luego ingresaron Edgardo Adinolfi por Soca a los 78 minutos, y para jugar el alargue, Antonio Pacheco por el Varilla González, Danilo Baltierra por Rehermann y Martín García por Heberley Sosa.
Nacional, por su parte, jugó con Fabián Domínguez; Leonardo Jara, Jacinto Cabrera, Andrés Silva, Juan Morán; Nelson Abeijón, Mario Barilko, Diego Tito, Juan Martín Parodi; Silvio Fernández y Néstor Correa.
Entraron luego Jorge Puglia por Tito a los 75’, Gustavo Badell por Jara a los 78’ y Luis Pertusatti por Correa a los 95’. Fue expulsado Jacinto Cabrera a falta de 5 minutos para terminar el alargue.
El clásico terminó igualado 1-1. Juan Morán había abierto el marcador a los 20 minutos, y el Varilla González igualó a los 60’.
La tarjeta azul ya había quedado atrás y había que definir por shot gol.
Por Peñarol se aprontaron Bengoechea, Rotundo, Martín García, Baltierra y Pacheco. Por Nacional lo hicieron Badell, Parodi, Silvio Fernández, Pertusatti y Morán.
Pacheco ni siquiera participó, ya que comenzó la tanda Nacional y agotó los cinco jugadores sin que convirtieran siquiera un gol. Por Peñarol, de los cuatro que lo hicieron, solo el primero en ir, Bengoechea, fue quien anotó.
De esa forma, tras el empate, lo ganó Peñarol en el shot gol. Solo con un tanto convertido.
“Recuerdo que Héctor Bonora era quien cronometraba desde la mitad de la cancha los 8 segundos para que pateara cada uno, y el único en convertir fue Bengoechea”, recordó Matto a Referí.
Tres días después en Rivera, Peñarol ganaría 3-2 un partidazo que ganaba 2-0 y Nacional lo igualó en el segundo de aquellos clásicos. El autor del tanto de la victoria fue Pablo Bengoechea en su tierra. Volvía a Rivera por primera vez desde la muerte de su padre.
Por su parte, Matto también dio su opinión sobre la posibilidad de que se instale en el fútbol la tarjeta azul.
“No estoy de acuerdo con eso. Todas las modificaciones que hizo la IFAB estos años, ninguna fue positiva. La única es la que el golero no tome la pelota con la mano ante un pase de un compañero, porque el juego perdía dinámica ya que el arquero jugaba con el lateral y este se la devolvía, y así podían estar un rato. Incluso con el tema del VAR le han quitado la esencia del fútbol. Es por incapacidad o falta de capacidad que han mostrado los árbitros que sucede todo esto”, opinó Matto.
Y añadió: “Lo quieren hacer porque hay árbitros que no tienen personalidad y entonces así pueden compensar. Hacen la más fácil. ‘Lo saco para afuera 10 minutos y chau’, deben pensar”.
Y se preguntó: “¿Si es el golero quien protesta y hay que mostrarle la tarjeta azul? ¡Su equipo tendría que hacer un cambio por 10 minutos!”.
El pasado viernes, un día después de la publicación de The Telegraph, la FIFA le quitó apuro a este tema.
"La FIFA desea aclarar que los informes sobre la llamada 'tarjeta azul' en los niveles de élite del fútbol son incorrectos y prematuros. Cualquier prueba de este tipo, si se implementa, debería limitarse a realizar pruebas de manera responsable en niveles inferiores, una posición que la FIFA pretende reiterar cuando se debata este punto del orden del día en la Asamblea General Anual de la IFAB el 2 de marzo", señaló el máximo organismo del fútbol mundial en sus redes sociales.
Por las dudas, en Uruguay ya se implementó hace casi 28 años atrás.
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