El costo de producción de arroz se estimó en US$ 2.185 por hectárea para la próxima zafra, unos US$ 150 más por hectárea respecto al costo de la campaña concluida recientemente, lo que demandará producir 8.850 kilos por hectárea (considerando el valor actual de la bolsa de arroz) para cubrir ese costo.
El dato fue expuesto por Muzio Marella, de la compañía arrocera Saman, quien marcó que ese nivel de costos supone un desafío para todos los actores de la cadena agroindustrial arrocera.
Ese rendimiento fue superado, en promedio y en todo el país, en las últimas campañas, pero para ello no solo fue clave la capacidad del productor, su conocimiento del cultivo y la genética líder utilizada, también en líneas generales hubo un acompañamiento adecuado del estado del tiempo.
Marella realizó esa mención en la estación experimental del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en Treinta y Tres, durante la 18ª edición del taller de análisis tecnológico-productivo de la zafra de arroz, en este caso la de la campaña 2021/2022.
Se trata de una jornada que recuperó este año la presencialidad y en la que participan industriales, productores y técnicos arroceros para intercambiar y analizar los datos del sector.
Allí otra consideración expuesta fue que la zafra de arroz 2021/2022 fue la segunda más productiva de la historia y que INIA Merín fue la variedad más sembrada.
Ante la presencia del subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Juan Ignacio Buffa, y del presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, referentes de los departamentos técnicos de los molinos Casarone, Coopar, Dambo, Adecoagro, Saman y Arrozal 33 compartieron datos sobre la siembra, variables de manejo, resultados de la cosecha y variedades plantadas, a la vez que técnicos del INIA analizaron las condiciones climáticas e hicieron una síntesis general de la información relevada.
La introducción estuvo a cargo del presidente del INIA, José Bonica; el director de INIA Treinta y Tres, Walter Ayala; y el director del Programa de Investigación en Producción de Arroz, José Terra.
Ayala valoró la importancia de la actividad como instancia de intercambio. “Este taller es icónico para el INIA Treinta y Tres y se diferencia porque en él trabajamos con datos reales de los sistemas de producción y esa información es compartida por actores privados que la ponen a disposición muy generosamente para el análisis y la discusión”.
Terra apuntó que “ninguna zafra es igual a la otra y cada una tiene su particularidad, por eso la información que se comparte aquí es clave para analizarla, entenderla, corregir cuestiones a mejorar y prepararse para la próxima. Para el INIA es una instancia fundamental porque obtenemos datos de primera línea que nos dan un panorama claro de los problemas y demandas productivas”.
Bonica agregó que “recibir información es fundamental para llegar preparados a las siguientes zafras y tomar mejores decisiones para el agro y para el país”.
Posteriormente, Álvaro Roel, investigador del Programa de Arroz de INIA, hizo un análisis climático del período tomando en cuenta la fecha de siembra, la demanda de agua del cultivo, las horas de sol y la cosecha.
En términos generales, señaló que la fecha de siembra en esta zafra fue favorable. “En el norte y este del país para el 30 de octubre ya llevaban sembrada el 80-90% del área, mientras que al centro aún le faltaba sembrar el 30%”.
En lo que hace a la demanda de agua del cultivo, en algunas zonas fue muy alta y eso acarreó problemas para mantenerlo inundado.
“La evaporación potencial fue la más alta registrada en los últimos 20 años, con más de 600 mm, dificultando en algunos casos el riego. Esto llevó a que el consumo de agua del cultivo en esta zona fuera un 30 % superior, lo que provocó que algunas áreas hayan sido abandonadas por falta de agua”, apuntó el experto.
A continuación, los referentes técnicos de los molinos compartieron los datos productivos y tecnológicos de la última zafra de sus empresas y Federico Molina, investigador del Programa de Arroz del INIA, fue el encargado de resumirlos.
Entre los datos más relevantes, que contemplan el 81% de las áreas sembradas del país, se indicó que el sector alcanzó un rendimiento nacional promedio de 9.318 kg/ha, posicionando la zafra culminada como la segunda más productiva de la historia de Uruguay.
“Por zona, en el este se obtuvieron 9.430 kg/ha, en el norte 9.246 kg/ha y en el centro 8.790 kg/ha. La variedad más sembrada nuevamente fue INIA Merín con el 45,2% del área, seguida por Gurí INTA CL (21,3%), INIA Olimar (8,8%) e INIA Tacuarí (6,2%)”, detalló.
INIA Merín fue la más elegida en el este (52,1%) y en el centro (44,7%), mientras que INIA Olimar fue la más elegida para sembrar en el norte (37,8%).
Además del podio de área sembrada, Merín también se destacó en rendimiento, con 9.707 kg/ha, seguida por INOV CL/FP (9.595 kg/ha) y Gurí INTA CL (9.077 kg/ha).
Como novedad, este año el INIA entregó tres reconocimientos a diferentes actores e instituciones involucradas al rubro.
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