La cadena estadounidense Starbucks, que había cerrado temporalmente sus 130 cafés en Rusia tras la invasión de Ucrania, anunció el lunes que decidió dejar definitivamente el país, siguiendo así la senda que encabezan otras multinacionales como McDonald's.
La firma estadounidense, que operaba en Rusia por intermedio de un socio licenciado, continuará pagando el salario de los 2.000 empleados que trabajan en sus tiendas durante seis meses, indicó la empresa en un mensaje en su web.
En total, más de 280 grandes empresas con una presencia importante en Rusia habían anunciado su retirada al 8 de mayo, según un inventario de la Universidad de Yale.
McDonald's dijo el lunes 15 de mayo que ponía en venta toda su cartera rusa de 850 restaurantes en los que trabajan 62.000 personas, por la crisis humanitaria tras la invasión de Ucrania, que también ha provocado sanciones internacionales contra Rusia.
"El negocio en Rusia ya no es sostenible, ni es consistente con los valores de McDonald's", afirmó la compañía en un comunicado.
Los restaurantes de la franquicia de comida rápida en Rusia fueron comprados por el empresario local Alexander Govor, quien tiene varias franquicias de la cadena, según informó el jueves 19 de mayo la compañía.
Govor, franquiciado desde 2015, ha operado 25 restaurantes en Siberia. Es cofundador de Neftekhimservice, una empresa de refinado, y miembro del consejo de administración de otra firma que posee el hotel Park Inn y clínicas privadas en Siberia.
El grupo estadounidense indicó el lunes que anotará en sus cuentas un costo asociado a esta retirada, de 1.200 a 1.400 millones de dólares.
El gigante sueco de la venta de muebles Ikea anunció a principios de mayo la suspensión de sus actividades en Rusia y Bielorrusia, lo que afectó a unos 15.000 empleados, 17 tiendas y tres fábricas de producción.
"La guerra tiene un impacto humano enorme y se traduce también en graves perturbaciones de la cadena de producción y comercio, razones por las cuales las compañías del grupo decidieron suspender de manera temporal las actividades de Ikea en Rusia", indicó el grupo en un comunicado enviado a la AFP.
Este anuncio tiene impacto sobre todo en Rusia, donde el grupo sueco llegó en el año 2000 y es uno de las principales empresas occidentales por número de trabajadores. En Bielorrusia, al contrario, no tiene tiendas y solo trabaja con algunos proveedores.
Presionados por la opinión pública para cortar sus puentes con Moscú, el gigante de los refrescos Coca Cola anunció a principios de marzo la suspensión de sus operaciones en Rusia, mientras su competidor PespsiCo suspendió la venta de bebidas pero siguió suministrando alimentos.
Los fabricantes de cerveza Heineken y Carlsberg anunciaron a finales de marzo que se retiraban de Rusia. Los cerveceros ya habían suspendido las ventas y la producción de su marca en Rusia y habían interrumpido nuevas inversiones y exportaciones hacia el país ese mes.
AFP
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