Es miércoles de Pícnic! y no nos para ni la humedad, ni los cielos grises, ni el agua salada. Hoy me bañé con “agua intermitente”, es decir, abriendo y cerrando la canilla mientras me lavaba la cabeza, un proceso que suele llevar unos 10 minutos y unos 200 litros de agua, según datos de la OMS. No es algo que haga usualmente, pero es algo que cuesta poco esfuerzo. Por alguna razón me vino a la mente lo que pasó en abril de 1815 y que dio lugar a lo que se conoce como el año sin verano. Ese día el sol desapareció por unos minutos, luego de la masiva erupción del monte Tambora, un volcán ubicado en una isla de la actual Indonesia. Fue la erupción más grande de la que se tenga cuenta.
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