La Comisión Europea comenzará un registro aduanero de los vehículos eléctricos (EV) que ingresen de China desde este jueves, un trámite burocrático que en la práctica supone que ya serían susceptibles de ser afectados por nuevas tarifas en el marco de la investigación sobre subsidios injustos, que bajaban los precios.
Los funcionarios europeos alegan contar ya “con prueba suficiente” de esta irregularidad en un documento publicado el miércoles en el órgano de difusión de la UE y consignan que las importaciones chinas se incrementaron un 14% interanual desde que se inició formalmente la averiguación en octubre.
Una aceleración del crecimiento que, dan a entender, no es en absoluto inocente.
La Comisión lleva adelante una investigación anti-subsidio de las baterías que utilizan estos vehículos para determinar si imponen tarifas adicionales al estándar de 10% para los autos tradicionales que protejan a los productores europeos.
Está previsto que el proceso culmine en noviembre, aunque la Unión Europea tiene margen para imponer cargos provisionales a partir de julio.
En el documento, la Comisión asegura que “si la UE espera para imponer tarifas, sus propios productores sufrirán de ventas cada vez más exiguas y de niveles de producción decrecientes con importaciones que continúan creciendo al ritmo en que vienen haciéndolo”.
Los chinos ya superaron a Tesla
En su conferencia anual luego de las “Two Sessions” en China (el encuentro político del año donde se definen los objetivos del país), el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, le pidió a Europa que elija entre “cooperación mutua y beneficiosa” o “confrontación de bloques”, una frase que Beijing suele usar para describir los esfuerzos de Washington para mantener aliados en medio de la competencia EE.UU-China.
El mes pasado, por primera vez, la Unión Europea incluyó cuatro empresas chinas en su lista de sanciones a raíz de su ayuda en la invasión rusa a Ucrania.
El bloque tiene una fuerte dependencia económica de China, ya que es un gran socio comercial, pero con un déficit de 400.000 millones de euros.
China produjo alrededor de 5.47 millones de baterías para vehículos en 2022, más de la mitad de los EV globales.
La fábrica de EV chinos, BYD (sólo a batería), obtuvo en el último trimestre del año pasado más ventas que Tesla (526.000 unidades contra 484.500).
China además se propone construir otras 160 megafábricas para finales de la década, mientras que Europa espera sumar unas 36, según Benchmark Mineral Intelligence.
Esto haría a los EV chinos potencialmente más baratos todavía en la medida en que muchas baterías se producirían localmente.
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