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La solución de los productores y el gobierno para que haya papa buena y barata
En las últimas semanas ingresaron al país 10 camiones con un total de 250 toneladas de papa brasileña, de buena calidad y a un precio más bajo que el que tiene hoy la mejor papa nacional en la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM), con base en una estrategia propuesta por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MAGP) y ejecutada por la Asociación Nacional de Semilleristas de Papa (Ansepa).
Fernando Mietto, presidente de Ansepa, informó a El Observador que esa dinámica importadora se activó a modo de complemento, para que la plaza esté debidamente abastecida, lo que se vio resentido por los impactos adversos generados por la sequía en este sector productivo.
Apenas el ingreso de la papa de la cosecha de otoño sea suficiente para cubrir la demanda interna la importación se suspenderá y eso puede ocurrir dentro de 15 o 20 días, dijo.
La papa importada, que procede desde sitios de producción en el estado Rio Grande del Sur, es de buena calidad, destacó Mietto.
¿Qué pasó este año?
La producción de papa en Uruguay se genera en dos momentos del año, en primavera y otoño.
En la campaña en curso, la de otoño, se pueden diferenciar dos etapas: cultivos que se realizan a fines de diciembre y en enero y otros que se instalan durante febrero.
Las condiciones ambientales asociadas al déficit hídrico, olas de calor y un cambio en la dinámica poblacional de las plagas afectaron fuertemente a los cultivos que se instalan inicialmente (en las segundas quincenas de diciembre y enero).
En la siembra de otoño, esos cultivos tempranos representan de un 10 a un 15% del total del área y son los que generan las papas que deben comenzar a cosecharse en los próximos días.
Cuánto se ha visto resentida esa porción de la producción, no se sabe aún.
El mercado, en tanto llega la papa de otoño, es abastecido por saldos de la papa producida en primavera y papa importada.
La propuesta del MGAP
Mietto contó que el MGAP, considerando el escenario de sequía que tuvo su epicentro en San José, propuso a Ansepa, a través del ministro (Fernando Mattos), que si los productores se organizaban la prioridad para el otorgamiento de permisos de importación sería para ellos.
“Llamamos a una asamblea abierta de socios y por unanimidad lo aceptamos”, dijo.
En este emprendimiento se involucraron 18 empresas que iniciaron un proceso de cambio de giro a Industria y Comercio, los registros en ámbitos como la Dirección Nacional de Aduanas, la Dirección Nacional de Medio Ambiente y otros trámites para quedar habilitadas para importar.
Ansepa definió un plan para llevar adelante el proceso que incluyó a toda la cadena de valor, explicó Mietto.
“Eso quiere decir que nosotros cotizamos y compramos a importadores de plaza, además de tener compras en Brasil que es desde donde viene la papa; en la llegada la gente que hace el paletizado (la papa viene en cámara frigorífico pero a piso) son personas que realizan esa tarea en la UAM; utilizamos una cadena de frío para la recepción de la mercadería que es una cámara de un productor que está próximo a la UAM; de la cámara de frío al mercado el flete interno lo hacen empresas que habitualmente llevan la papa desde nuestros campos a la UAM; y en la parte de ventas participamos a vendedores que venden la papa a los operadores en la UAM”, detalló.
Dijo, también, que “el 100% de la papa importada se vende en la UAM, no hay canales directos afuera, eso aumenta la operativa de la UAM, aumente el volumen de negocio de los productores, eso nos parecía importante para alcanzar un impacto social en toda la cadena de valor, lo cual hoy es una realidad”.
Explicó que los productores, para que todo funcione del modo adecuado, se dividieron en equipos para asumir diferentes responsabilidades, se armó una secretaría para que una persona haga el seguimiento de la documentación y otras tareas, “en un proceso horizontal, muy transparente e inclusivo, porque lo abrimos incluso a productores que no son socios de Ansepa”.
