La presión del Gobierno y el riesgo del Mundial 2030, claves en la caída de Rubiales

Lo extraño de la definición es que, cuando el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) lo "favorecía" al catalogar su caso como "grave", es cuando Rubiales anuncia su dimisión.

"Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español. Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta", detalló Rubiales en su comunicado. 

No obstante, hay dos focos posibles y principales para que Rubiales presente su renuncia: la presión del Gobierno español y los riesgos posibles de la candidatura de España para organizar el Mundial 2030.

"Tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo", detalló el expresidente en su mensaje.

“Uno no puede aspirar a representar a España y dejar mal a España con actitudes y discursos que nos abochornan y no nos representan”, declaró hace unas semanas Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, refiriéndose a Rubiales.

Tanto la Vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, como la ministra de Igualdad, Irene Montero, se subieron al caso reclamando la dimisión el castigo ejemplar para Luis Rubiales.

También complicaron mucho a Rubiales los gestos obscenos que realizó en el palco del estadio de Sidney, cuando terminó la final frente a Inglaterra y España se consagró campeón mundial femenino por primera vez en su historia.

Muy cerca de Rubiales estaba la reina Letizia, quien asistió con la princesa Sofía a ver el partido final y participó de los festejos en el estadio. A partir de entonces, ya nadie salió a defenderlo.

El Consejo Superior de Deportes (CSD) fue uno de los principales organismos que desde el primer momento intentó la suspensión de Rubiales. Tal es así que elevó el caso al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que no catalogó el beso como "muy grave", por lo que le impidió al Consejo suspenderlo de manera provisional.

Por esta última razón se generan las dudas y la curiosidad sobre el motivo de la dimisión de Rubiales.

Más allá del contexto, las denuncias y la presión social, la decisión del TAD de cierto modo lo favoreció al considerar el caso como "grave", impidiendo que sea inhabilitado por el CSD cuando finalice la suspensión impuesta por la FIFA.

Por otro lado, como la FIFA le impuso una inhabilitación por 90 días por no dimitir en su momento, tiene lógica que Rubiales no quiera seguir dañando la imagen del fútbol español -aunque ya lo hizo- de cara a la candidatura del Mundial 2030, en la que España se encuentra expectante a que el ente regulador del fútbol mundial lo determine como sede del evento.

En enero o febrero del próximo año la FIFA comenzará a evaluar las candidaturas.

Para ese entonces, la Federación Española debe tener un presidente elegido, que sería Pedro Rocha si es ratificado por la Asamblea.