El período de precipitaciones previsto se extendería hasta el 20 de marzo, y si bien se emitió una alerta por tormentas fuertes, con posibilidad incluso de granizo e inundaciones, esta llegada de agua podría detener un ciclo de sequía que afecta la floración de la soja y la fertilización del maíz en estos días.
Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), comentó: "La zona núcleo recibe con brazos abiertos las primeras gotas de una esperada masa de aire frío, marcando el comienzo de un cambio climático crucial para los cultivos, especialmente para la soja de primera, que se encuentra en una etapa delicada de su desarrollo".
Este frente, que se espera sea bastante homogéneo en la zona núcleo, se extiende sobre las provincias de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, el sur de Córdoba y buena parte del resto de la región pampeana. Aunque la cobertura y la cantidad de precipitaciones pueden variar, algunos lugares ya registraron acumulados cercanos a los 120 milímetros, con La Pampa y el centro de Buenos Aires evidenciando también significativas caídas de agua.
Analistas privados y de las principales bolsas argentinas confirman que a partir de estas horas comenzaría un proceso de lluvias que podrían revertir los serios daños ya ocasionados sobre muchos cultivos gruesos en diferentes zonas productivas. Durante enero pasado y también la primera semana de febrero, no se registraron lluvias sobre cultivos que estaban en pleno proceso de floración y desarrollo de sus semillas. Además, altas temperaturas de hasta 40 grados llevaron a que por efecto del viento cálido, se quemaran muchas plantas que no lograron extraer agua del suelo.
Russo señaló que esta ola de calor récord generó una situación sumamente preocupante para los cultivos gruesos. Comparando con la ola de calor registrada a finales de enero de 2021, el estrés en los cultivos durante la presente ola fue más intenso y prolongado, especialmente para la soja en un momento muy sensible de su desarrollo vegetal.
El meteorólogo Mario Navarro explicó que las lluvias comenzarían a normalizarse en la segunda parte del verano, con tormentas intensas previstas desde el viernes al lunes en la Pampa Húmeda y el Norte Argentino. Podrían haber incluso episodios de granizo y anegamiento, con ráfagas de viento de entre 40 y 70 kilómetros por hora. En algunas localidades, las tormentas podrían ser virulentas, con acumulados significativos de agua.
Además, Navarro detalló que las lluvias podrían extenderse entre el 20 de febrero y el 10 de marzo, aunque podrían darse algunas inundaciones por la cristalización de los suelos secos. A partir de finales de mayo hasta la primavera, se espera una neutralidad moderada a normal, con un período de lluvias constantes cada dos o tres días en la Pampa Húmeda.
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