En 2002, en medio de una crisis económica que golpeó a mucha gente en Uruguay, Eduardo Bentancor descubrió una oportunidad que tomó tal relevancia que hoy explica la mitad de los ingresos familiares: la producción de nuez Pecan.
En aquel momento, junto a su señora Betina estaba al frente de un almacén de campaña, uno de esos pequeños comercios de ramos generales típicos en el interior (en El Colorado, Canelones) y de casualidad accedió una mercadería novedosa: “Unas mudas de plantas de nuez Pecan, estaban baratas y las compré para llevarlas al campo, que la verdad lo teníamos medio abandonado y precisábamos hacer algo”.
El predio es pequeño, tiene cinco hectáreas. Plantaron 250 ejemplares, que es lo adecuado para una distancia correcta entre cada planta, unos 15 metros, para que el follaje se pueda desarrollar sin obstáculos.
Así fue el inicio de lo que 20 años después significa un aporte clave para la economía del hogar, sumado a que siguen al frente del comercio.
Eduardo y Betina tienen su sistema productivo, uno típico de escala familiar, en San Antonio (Canelones), cerca de donde se cruzan las rutas 33 y 81. Allí viven y además de producir nuez Pecan tienen otro rubro, aunque de menor volumen: calabacines.
“Vivo solo con mi esposa, trabajamos los dos porque es un rubro en el que no te podes dar el lujo de tener empleados, lo tenemos que hacer todo nosotros para que sirva, hay maquinaria para esto pero es muy cara y entonces el mantenimiento, limpiar el predio y hacer la cosecha y acondicionarla en bolsas lo hacemos todo nosotros”, contó.
Los dos hijos, ya adultos, son docentes en la enseñanza secundaria.
La producción oscila mucho, comentó Eduardo con base en su experiencia de estos primeros 21 años. Contó que se puede señalar un promedio de 25 kilos por planta, pero que hay años en los que algunas dan mucho más, tal vez 80 kilos, y otros en los que no dan nada.
Por eso, indicó, tiene como estrategia tener cinco variedades de nuez Pecán para estar al margen de si una no rinde bien, pero también para dar un buen soporte a la polinización, que en este caso se realiza con base en la acción del viento en plantas dioicas, es decir con individuos (flores) machos y hembras.
“Acá en la zona no hay muchos productores de nueces, estamos en una zona que sobre todo tiene horticultura, con producción a campo, como zanahoria y cebolla por ejemplo, cerca hubo un vecino que probó y las hormigas lo complicaron… para encontrar otro hay que ir a 30 kilómetros, hay uno en la zona de La Armonía”, detalló.
La cosecha, al ser 100% manual, la inician a fines de mayo y se suele extender hasta octubre. La recolección comienza tomando nueces de las ramas, pero conforme se suceden las semanas la producción se multiplica y hay frutos que caen y se recogen del suelo, aprovechando que salvo haya un exceso hídrico el fruto no se perjudica al estar protegido por la cáscara.
La producción, en bolsas de un kilo que se venden de modo unitario o se trasladan en cajones con 10 kilos, se comercializa en tres ámbitos: se envían nueves a la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM); hay clientes que levantan la mercadería en la granja; y hay venta al público, directo al consumidor.
El precio al que coloca el producto va de $ 180 a $ 200 el kilo.
Eduardo, si bien destacó que más allá de la utilidad que tiene como generador de ingresos para el hogar es una actividad que la disfruta, reconoció que no es algo sencillo y a modo de ejemplo recordó que hace unos años un temporal de viento le hizo perder la mitad de la producción, algo que también le sucedió este año, pero como consecuencia de la sequía.
“No tengo la capacidad como para tener riego, además el consumo de agua es alto y precisaría casi que un arroyo acá”, expresó.
Producir un alimento tan valioso es para Eduardo un motivo de orgullo. Consume sus nueces y las recomienda. Dice que los clientes le dan buenas devoluciones y otro motivo de satisfacción lo tiene cuando ve en algún puesto que la gente compra sus nueces o incluso cuando ve que son ofrecidas y comercializadas en Internet.
Eduardo destacó que integra la Asociación de Productores de Pecan del Uruguay (APPU), entidad que nuclea a unos 50 productores en todo el país, según se explica en la cuenta que la asociación posee en la red social Twitter.
También en Twitter se puede ver, a modo de complemento sobre este rubro productivo, lo expuesto en la jornada “Resultados experimentales de pecan”, organizada por la APPU y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Jornada en INIA "Las Brujas"
— Asociación Productores de Nueces PECAN Uruguay (@PECANuy) November 15, 2022
"Resultados experimentales de pecan", coorganizado por @INIA_UY y @PECANuyhttps://t.co/3qWKcedbpX@fibanez6@FranciaBetty @lvaroSanchez20
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